Cada vez son más las personas que buscan diferenciarse del resto. Hombres y mujeres que, aun siendo amantes de la moda y de las tendencias, no quieren ser "uno más de tantos". Una idea que aplican a su forma y estilo de vida y a su atuendo, ya sean prendas de vestir o complementos. Hoy en día, son muchos los que no pueden renunciar a sus gafas. Tengan o no problemas visuales, son un básico en su día a día, además de una necesidad en algunos casos. Con las de sol ocurre más de lo mismo, especialmente en los meses estivales, en los que, por fortuna, el sol hace acto de presencia.

Ser original no es complicado. Únicamente hay que saber adónde acudir y dejarse asesorar por expertos que, además de ofrecer calidad y buen precio, cuentan con productos con personalidad, con diseños nuevos que marcan la diferencia entre lo común y lo verdaderamente especial. En el caso de las gafas y las lentes, la mejor opción para conseguir esta diferenciación sin perder un ápice de estilo es acudir a Óptica Rosal 21, óptica de vanguardia de la ciudad. Establecimiento que no sólo cuida de la vista poniendo a disposición del cliente su formación y experiencia en el campo de la optometría y la visión, además de las últimas tecnologías del sector, sino que también ofrece algo innovador y original, a la par que de gran calidad. Una fórmula que, en el caso de Oviedo, lleva ya una década cosechando un gran éxito que puede residir en ser uno de los pocos centros ópticos de la región que cuentan con un topógrafo corneal, maquinaria necesaria para poder ofrecer tratamientos de ortoqueratología. Se trata de unas lentes de contacto destinadas principalmente a miopes y gente con astigmatismo, y que se usan por la noche. Al levantarse, uno se las quita y su visión va mejorando de forma progresiva. No se necesitan gafas ni lentillas durante la jornada, pero se debe ser constante y no acostarse sin ellas.

Otra de las claves de la buena acogida de estos establecimientos está en la búsqueda continua, por parte de sus responsables, de las mejores colecciones de gafas graduadas y de sol vistas en los circuitos internacionales. Modelos imposibles de encontrar en otras tiendas y centros ópticos, y propuestas únicas que siempre están adaptadas a cada cliente, tanto a nivel estético como tecnológico. Todas las colecciones se seleccionan gafa a gafa, prestando especial atención al diseño, materiales, forma de producción y calidad de las lentes, así como al servicio posventa que ofrece cada firma o diseñador, ya sea la neoyorquina Moscot, la belga Theo, la berlinesa Mykita, Moncler o la londinense Linda Farrow, firma que lleva 40 años ofreciendo lujo e innovación. También se debe destacar la producción de Masunaga, marca oficial de la casa real nipona. Todas ellas, y muchas otras, ofrecen colecciones limitadas que, en ocasiones, y como si de un gran libro se tratara, se convierten en "best-sellers" que dan la vuelta al mundo. Ejemplos de ello son las gafas Moscot que siempre acompañan al actor Johny Deep y las Mykita que usa la familia Grimaldi de Mónaco.

La cercanía con el cliente es un aspecto fundamental. Cada persona que entra por la puerta recibe un trato preferencial, un asesoramiento que, si es necesario, implica varias horas de mediciones y búsqueda de lentes y monturas perfectas que se ajusten y se amolden al rostro, que tengan un apoyo perfecto en oreja y nariz y que se adapten al estilo que se busca. Algo difícil de encontrar en unos tiempos en los que el "vender por vender" y la producción en cadena están a la orden del día.