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COVADONGA BERTRAND | La presidenta de la SOF que cambió San Mateo

"Rivi tiene el enemigo en casa y no me parece lícito lo que hace Belén Fernández"

"Recibí anónimos y era molesto pero no lo que me preocupaba" "La Catedral no corre peligro si se respeta lo que digan los técnicos"

Covadonga Bertrand en su casa. Arriba, en 1983, cuando presidía la SOF. FERNANDO RODRÍGUEZ

-¿Cómo ve el barullo político de las fiestas del tripartito?

-No encuentro razonable que Belén Fernández, que fue presidenta de la SOF, trabaje en contra de las fiestas. Parece que sólo quiere poner las mayores trabas para que no salgan bien. No me parece lícito. Ella no modificó los chiringuitos cuando pudo. Un político es el representante municipal de todos los ovetenses y debe trabajar para el bien de todos.

-Usted tuvo contestación cuando legó a la SOF en 1983.

-Pero todos los que estábamos en la junta directiva teníamos una voluntad clara de hacer fiestas populares, incluso Pedro Amandi, (de Alianza Popular) y Rogelio Fuego (de UCD), que estaban en la oposición. La oposición fue fortísima públicamente y Tono Landeta me abrasaba en los plenos, pero no tuve el enemigo en casa como le pasa ahora a Rivi.

-¿Recibió anónimos?

-Me llamaban de madrugada durante siete días para mandarme a? -no repetiré la expresión- todos lados. Cuando volvían a llamar les contestaba "ya fui y ya volví". Lo comuniqué a la policía y a Telefónica por comunicarlo. En el Fontán me llegaron a escupir en la cara. Era molesto pero no lo que más me preocupaba.

-Usted estuvo al frente de un cambio en el modelo de fiestas que, sustancialmente, se mantiene 33 años después.

-Con matices. Antes no había fiestas populares, salvo el Día de América y el día de San Mateo con dos verbenas populares en el Campo San Francisco y el bollo, muy bien organizado. Aparte estaban la ópera y la Herradura. Hicimos una revolución total.

-¿En cuánto tiempo?

-Entre el 20 de junio, que tomamos posesión, y el 13 de septiembre. Con 20 millones de pesetas ofrecimos música gratis desde las 7 de la tarde hasta la 1 de la mañana, en tres plazas.

-¿Lo primero que hicieron?

-Peatonalizar el Casco Antiguo en las fiestas para el tránsito de la gente poner los chiringuitos. No se sabía si sería posible sin causar un caos de tráfico. Sólo anunciarlo tuvo contestación.

-Chiringuitos vs hosteleros.

-Los hosteleros del Oviedo Antiguo no querían fiestas en el casco. Decían que si poníamos chiringuitos la gente no entraría en los bares. Los del Oviedo moderno se quejaban de que les desplazábamos la fiesta. Sólo me apoyaron Ignacio, el de "La Gran Taberna", y Federico, el de "La Mallorquina". Los chiringuitos fueron propuesta de Felipe Fernández (hoy ex director general de Cajastur y miembro del Consejo de Administración de Liberbank), que los había vivido cuando estudiaba en Bilbao, apoyada por Nicanor Fernández (hoy director de la Fundación Hidrocantábrico). Decidíamos entre todos.

-¿Cómo los organizaron?

-Con muchísimo diálogo en reuniones formales. Hablamos con las asociaciones de vecinos de Teatinos, de Latores, de Fitoria, de La Corredoria? para que pusieran un chiringuito -que no sabían lo que era- y que lo recaudado fuera para sus fiestas. Además había tres asociaciones culturales. En la normativa de 1983 marcábamos los precios, la hora de término de la música y tenían que sacar el carné de manipuladores de alimentos.

-¿Lo vigilaban?

-Dos personas. Al que no respetaba las normas no se le dejaba repetir. Para colocar chiringuitos ante edificios institucionales hablé con el rector y con el presidente de la Audiencia, que nos pidió que lo retiráramos y así hicimos en 1984. El primer año no dio tiempo a que fueran estéticamente dignos y recibimos caña.

-Metieron música en la plaza de la Catedral, donde sigue.

-El primer año pusimos el escenario delante de la fachada. La actuación más fuerte fue "Barón Rojo" en la noche rock. El arzobispo Gabino Díaz Merchán nos pidió que respetáramos la misa de 6 de la tarde y dejamos de hacer las pruebas de sonido a esa hora y que desalojáramos la fachada. Al año siguiente pusimos el escenario encima de la fuente.

-Los vecinos se quejaron.

-Con razón, pero en la plaza de la catedral vivían menos personas que en ninguna otra parte. Se quejaban Begoña Sánchez y la marquesa de Santa Cruz, que me odió de por vida y me escribía que se iba de Oviedo durante las fiestas.

-¿La catedral corre peligro?

-No creo que corra peligro. Depende del volumen, que ha de ser adecuado, según determinen los técnicos. A veces se aumentan los watios sin sentido.

-¿Hay más gente que antes?

-Desde el primer año hay mucha gente. El ambiente de las plazas con la música en directo de las noches temáticas era más familiar. El jefe de la policía nacional me decía que había menos altercados que un fin de semana normal en el Oviedo Antiguo. Sólo un año hubo un altercado. Hasta las fiestas populares, el Oviedo Antiguo era un casco degradado.

-Terrazas o no terrazas, medidas de evacuación.

-Toda medida técnica de seguridad es prioritaria y debe ser cumplida a rajatabla. Siempre me preocupó mucho la seguridad y me reunía cada año con el delegado del gobierno y su jefe de seguridad. Teníamos un equipo de seguridad privado de la SOF, porque me daban pánico las niñas de 15 años pegadas a las vallas para ver a los grupos. El primer año hicimos los fuegos artificiales en el instituto Aramo y luego en el Parque de Invierno, más seguro.

-¿Tiene sentido que haya chiringuitos de partidos?

-Son asociaciones culturales. Si cumplen la normativa e invierten en acciones culturales y festejos no hay que meterse en más. Nosotros pedíamos cuentas.

-¿Los conciertos tienen que ser en el casco viejo?

-El recinto de fiestas es el recinto de fiestas y los conciertos tienen que ser allí. No me pareció nada bien que los privatizaran y llevaran a la Ería. Fue como volver a La Herradura, ya no para los socios de la SOF pero teniendo que pagar. No me pareció bien que una empresa organizara los conciertos. Ahí se va mucho dinero. Yo negociaba directamente con Pepe Caturla, representante de Serrat, para contratar a Serrat, y con Chavi, el de Víctor Manuel, que no llegamos a acuerdos porque Chavi quería que trajéramos a Rosa León. Sin intermediarios y con un equipo que trabaja se gasta menos dinero. Tampoco había un director de la SOF.

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