Juan Francisco se queda en Oviedo. El Tribunal Supremo ha dicho la última palabra y ha desestimado los recursos de la familia de acogida, la Consejería de Servicios Sociales del Principado de Asturias y la Fiscalía contra el regreso del pequeño con su madre biológica, María José Abeng. "La sentencia ya es firme, y esto cierra este capítulo en sus vidas", declaraba ayer la abogada de Abeng, Nieves Ibáñez, después de conocer la resolución del Supremo. Madre e hijo disfrutaban de la festividad de ayer en Oviedo, como muchas otras familias ovetenses, y a media tarde, según explicó la abogada, aún no había podido dar la buena noticia a María José Abeng. "Cuando lo sepa estará contentísima, estoy segura", adelantó.

El Tribunal Supremo emitió ayer un comunicado con un adelante del auto dictado. Los representantes legales de la familia biológica de Juan Francisco y de la de acogida no tuvieron acceso al documento íntegro a lo largo del día y ambos señalaron que esperarán a ello para pronunciarse sobre él. Será entonces cuando Nieves Ibáñez desvele si María José Abeng exigirá responsabilidades a la Administración que dio a su hijo en preadopción.

El Supremo da por bueno el fallo de la Audiencia Provincial de Oviedo y del Tribunal Superior de Justicia de Asturias y no entra a analizar el fondo del asunto. Simplemente no admite a trámite los recursos extraordinarios por infracción procesal y de casación interpuestos por la Consejería, el Ministerio Fiscal y la pareja que tenía al niño en acogida preadoptiva desde los dieciocho meses -ahora tiene cuatro-, Alberto Bordes y Noelia Estornell.

Lo que hace el Supremo es reiterar su jurisprudencia de que contra las resoluciones acerca de esta materia no caben recursos extraordinarios ante ese tribunal. A efectos prácticos, la resolución del alto tribunal confirma la sentencia de la Audiencia provincial de Asturias y su estimación del recurso de apelación de la madre biológica.

Nieves Ibáñez comentaba ayer, tras conocer la resolución del Supremo, que ahora María José Abeng y su familia "quieren hacer una vida normal, totalmente privada y al margen de los medios de comunicación". De Juan Francisco solo dijo que "todo está bien".

Ibáñez reconoció que para ella el dictamen del Supremo también ha supuesto un alivio y una satisfacción. "Hoy voy a descansar de verdad después de mucho tiempo. Este caso para mí ha supuesto un desgaste emocional muy fuerte", admitía ayer, por su implicación con la familia y la presión mediática.

Ahora cabe la posibilidad de que los recurrentes apelen al Tribunal Constitucional, pero si lo hicieran, según Nieves Ibáñez, sería ya por la vulneración de algún derecho fundamental y no afectaría al procedimiento seguido con María José Abeng. En cualquier caso, en opinión de la letrada, "el derecho fundamental más vulnerado ha sido el del menor".

Ayer, en Sueca (Valencia), Alberto Bordes, al que los Servicios Sociales del Principado dieron a Juan Francisco en acogimiento preadoptivo -junto con su mujer- y con el que el niño ha vivido desde que tenía año y medio hasta el pasado 12 de septiembre, cuando cumpliendo la orden de la Audiencia Provincial de Asturias lo entregaron a su madre biológica, no quiso valorar la nota pública del Supremo. Bordes indicó que explicará los pasos que dará en el futuro, junto a su abogado Enrique Vila, cuando tenga el auto en sus manos.

La familia preadoptiva había anunciado, entre otros sitios en una carta publicada íntegramente en LA NUEVA ESPAÑA el pasado 15 de septiembre, su intención de recurrir al Tribunal Constitucional y al de Estrasburgo. Ayer, sin embargo, Alberto Bordes evitó avanzar nada en este sentido. De hecho, el matrimonio se enteró a través del periódico "Levante-EMV", del mismo grupo editorial que LA NUEVA ESPAÑA, de la decisión del Supremo.

LA NUEVA ESPAÑA también contactó ayer con la Fiscalía y la Consejería de Servicios Sociales que, como han hecho desde el inició de este litigio, declinaron entrar en valoraciones sobre las resoluciones judiciales.

Los Servicios Sociales se hicieron cargo de Juan Francisco desde su nacimiento. Su madre, María José Abeng, una ovetense de origen guineano, lo tuvo cuando tenía catorce años y estando ingresada en un centro de menores. La Administración lo entregó a la familia de Sueca en preadopción cuando el niño tenía año y medio -ahora tiene cuatro-. La madre no dio su consentimiento y no estaba inmersa en ninguna causa de privación de patria potestad, razones por las que la Audiencia Provincial consideró que el pequeño debía regresar con su madre biológica