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Cuando dejarlos hacer los deberes solos es la mejor ayuda

Los niños necesitan tiempo libre, sin sobrecarga de actividades l Un apoyo excesivo fomenta la dependencia

Dibujo de un niño haciendo los deberes.

Comienza el curso escolar, muchos padres y madres se preguntan si las materias serán más complicadas que el año pasado. Según avanzan los días, en ocasiones surgen conversaciones en los patios de los colegios entre madres y padres que dicen: "hoy nos han puesto muchos deberes de mates" o "mañana tenemos examen de lengua" .

Unos padres implicados en los estudios de sus hijos son fundamentales para su rendimiento, pero ¿qué sucede cuando el apoyo es un acompañamiento permanente? "Me siento a hacer los deberes con él", "estudiamos el tema y hacemos esquemas". En ocasiones este apoyo excesivo puede facilitar la dependencia del niño o niña y hacerle pensar que es incapaz de hacerlos solo.

Implicarse no significa sentarse a su lado a hacer los deberes, sino ser su entrenador y organizador del trabajo. Por ejemplo, supongamos que nuestro hijo entrena en un equipo de fútbol: él sabe a qué hora es el entrenamiento de cada día, nosotros le llevamos puntualmente, nos aseguramos de que lleve la ropa adecuada y le animamos a esforzarse. No saltamos al campo a correr a su lado, ni hacemos flexiones ni tiros a puerta. De la misma forma, en casa podemos ayudar a nuestros hijos e hijas siendo sus "entrenadores de estudio".

Los niños deben tener tiempo suficiente para sus tareas. En ocasiones les llenamos la tarde con actividades extraescolares que les dejan muy poco tiempo para ocuparse de los deberes y el descanso. Busquemos el momento adecuado, no hay que dedicar toda la tarde a estudiar o a los deberes. Un tiempo de descanso, mejor si es al aire libre y con amigos, le ayudará a concentrarse.

El espacio de trabajo es importante. Una mesa adecuada, con buena iluminación y en un lugar tranquilo le ayudarán a concentrarse en sus tareas. Lo ideal es que esa mesa no esté en zonas comunes como la cocina o el salón y que tampoco tenga juguetes sobre ella. Por supuesto el móvil debe estar en silencio y sin la televisión o radio encendida. Si tiene muchos deberes y le cuesta trabajo empezar es mejor comenzar por la tarea más sencilla.

Confiar en su capacidad, fijarle un tiempo limitado y abrir la posibilidad de una recompensa posterior sirve de ayuda. Avisar de que podrá jugar o ver la televisión en cuanto acabe funciona mejor que decirle que si no acaba a tiempo le retiraremos la consola el resto del día. No nos sentaremos a su lado para evitar ese mensaje de "no sabes hacerlos solo", pero acudiremos siempre que tenga alguna duda. Le felicitaremos desde el primer día el esfuerzo que realiza y le haremos saber que gestionar sus propios deberes es un signo de madurez y responsabilidad que le va a ayudar en el futuro.

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