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Agua Y Fiestas

Viaje al futuro pasado con Esteban Greciet

El periodista escribió en 1965 una crónica ficción desde 1990 Veintiséis años después de aquel futuro ficticio ofrece nuevas predicciones

Esteban Greciet, en su domicilio. MIKI LÓPEZ

En 1965, el periodista Esteban Greciet (Santa Clara-Cuba, 1931) escribió una crónica-ficción de San Mateo 1990 para el porfolio de la Sociedad Ovetense de Festejos. Era un artículo humorístico cuya idea del futuro trataba del presente ovetense de entonces. En 1965, el hoy columnista de LA NUEVA ESPAÑA trabajaba en "La Voz de Asturias", de la que fue subdirector, tenía 33 años, estaba casado y tenía dos hijas. En 1990, Esteban Greciet ya había dirigido cinco periódicos -"La Voz de Avilés", "Diario Regional" (Valladolid), "Unidad" y "La voz de España" (ambos de San Sebastián) y "Diario de Cuenca"- tenía tres hijas y trabajaba en el gabinete de prensa de la delegación de Industria, en la plaza de España de Oviedo. Antes de comenzar las actuales fiestas de San Mateo, Esteban Greciet accedió a comentar sus predicciones de entonces y hacer algunas para los próximos 25 años. Está casado en segundas nupcias, tiene cinco nietos y un bisnieto "que al hacerme bisabuelo me sentó fatal pero ahora me tiene encantado porque es un crío de cuatro años divertidísimo".

En el Oviedo de 1990 imaginado en 1965 ya era viejo el edificio del Colegio de Médicos (muy reciente entonces). "La Jirafa" era denominada "el antiguo caserón". "Los periódicos nos habíamos ocupado mucho de su construcción, en competencia con la esbeltez de El Termómetro y la altura de la Casa del Coño, en Toreno. Recuerdo el horror de la fotografía de una señora que venía de comprar en el economato del Vasco y le cayó una loseta en la cabeza".

Se refería a la "angosta calle Uría". No hay muchas más calles anchas. "En el futuro seguirá siendo clave porque lo seguirá siendo la estación de tren, más cuando venga la alta velocidad".

El novísimo sonido de las guitarras eléctricas despertaba nostalgia en el cronista de 1990. "Entonces era el sonido de 'The Beatles'. Luego se generalizaron. Ahora está generalizada la música electrónica y dentro de 25 años los medios de hacer música irán cambiando aunque será muy difícil que desaparezca alguna forma de piano".

En su crónica, la ciudad recibía tanta gente por las fiestas que estaba todo lleno "hasta Ibias". "Asturias era entonces un lugar muy apartado de todo. El tren a Madrid eran 12 horas y yo quedé alguna noche atrapado en el Pajares, con nieve casi hasta los cristales. Sigue siendo la misma vía".

En su crónica de 1990 "se pensó en resucitar las corridas de toros". Casi acertó. En 1991 ganó las elecciones municipales el taurino Gabino de Lorenzo que quiso revivir la llamada "fiesta nacional". Hace años que no hay corridas. "En el futuro van a desaparecer. He ido bastantes veces a los toros. Me gustaba el toreo a caballo pero siempre me pareció un espectáculo sangriento y un poco bárbaro. Somos un cruce de civilizaciones que explica este comportamiento nuestro, áspero y difícil. Hay muchos intereses y es lógico que se defiendan pero todos esos festejos que requieren sufrimiento de animales irán desapareciendo".

Hablaba de la celebración del XXI Congreso de Sociedades Asturianas del Sistema Solar, con asistencia de residentes en Venus, Marte y Júpiter. En 1990 no hubo tal pero "en 25 años habrá una colonia en algún planeta o algún satélite artificial y habrá asturianos porque somos viajeros y audaces. Yo soy hijo de la emigración".

Escribía en 1965 que en 1990 "el jubileo catedralicio, del que antes no se entraba casi nadie, atrae a miles de personas que abarrotan cada día el templo arzobispal". ¿Ahora? "Sigue marchito. Somos los de siempre, viejecitos preocupados en ganar el jubileo". ¿Para 2041? "Estará renovado. La Iglesia tiene que dar un paso adelante, en el sentido actual. Soy de este Papa sin dejar de ser de juan Pablo II. Hay que quitar tabués y se considera religioso mucho fetichismo y costumbrismo, que está bien para una religiosidad popular, pero entramos en un tiempo de misión: muy pocos jóvenes van a misa y la religión tiene que hacerse valer. Se decía 'Francia, país de misión' y ahora tienen una religiosidad más auténtica".

Hablaba de cubrir La Herradura en 1990, que ya desapareció. "Lo que tiene que desaparecer es el armatoste del Pavo Real. La Herradura era muy cuestionable pero había música baile y paseo. Ahora no son capaces de acabar las obras del kiosco. Cuando hay música es el desguace. Mi mujer es muy bailarina y se empeña en echar un pasodoble. Yo soy mal bailarín. Miras alrededor y somos todos vejestorios. El Campo San Francisco hay que recuperarlo. Ahora es un lugar de paso, bien cuidado vegetalmente pero que debería tener más vida".

Decía que en 1990 Celia Gámez había hecho una nueva versión de "Las Leandras" y estaba guapísima. "Es que había reaparecido y yo recordaba haberla oído de pequeño, sus canciones las cantaban mi madre y mi tía".

La revista desapareció pero el musical tiene más éxito que nunca. "La revista era de tiempos restrictivos y pícaros, con la censura midiendo las falditas de las vedettes, que ahora parece ridículo. Pero no hay que ser injusto al juzgar los tiempos pasados porque cada época es lo que hay y da un paso adelante".

Remataba la crónica futurista con "padres e hijos, integristas y progresistas" que tenían posturas divididas respecto a las fiestas. "Eso lo habrá siempre, aunque ahora los mayores somos más tolerantes porque no tenemos más remedio. Cuando mis hijas empezaban a salir nos daban preocupaciones, 'esto no me gusta', 'a qué hora llegas', 'ese chico no me gusta' y ellas nos trataban de carcas. Ahora que tienen hijos adolescentes lo están haciendo ellas, de otra manera, pero?".

Quedamos dentro de 25 años para hacer un balance de sus predicciones y las del siguiente cuarto de siglo.

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