Lo mejor de sus veinticinco años de historia está a la vista en la exposición que la Asociación Libre de Mujeres de La Corredoria inauguró ayer en el centro social del Cortijo, que es el escenario de la mayoría de sus actividades. Se trata de fotografías y premios, y sobre todo, labores y manualidades salidas de los muchos talleres organizados por el colectivo a o largo de estos años. Ayer, Teresa Ruiz Crespo, presidenta de la asociación desde el pasado mes de marzo, llamaba la atención sobre los encajes de bolillos pero hay muchos otros objetos en los que fijarse hasta el 30 de septiembre. Ese día la muestra, que se puede visitar por las tardes de cuatro a nueve, quedará clausurada. No era posible prolongarla más, según Teresa Ruiz, porque el centro social de La Corredoria está saturado de actividades.

La Asociación Libre de Mujeres de La Corredoria fue impulsada por la asociación de vecinos, la de padres de alumnos y las asistentes sociales que en la última década de los noventa frecuentaban el barrio, según explicaba ayer su actual presidenta.

Se creó en octubre de 1991 y llegó a tener más de trescientas socias. Teresa Ruiz hace recuento de todas las actividades que han organizado a lo largo de estos últimos veinticinco años y no acaba. La primera, recuerda, fue un taller de cocina, que corrió a cuenta del Ayuntamiento de Oviedo, con el que la asociación ha colaborado a menudo.

Un par de años después la Asociación Libre de Mujeres de La Corredoria se lanzaba a organizar una cabalgata de Reyes, todo un éxito que aún se mantiene, y siguió después con el carnaval. No deja pasar una oportunidad de disfrutar: el Día de la Mujer organizan un pincheo, en septiembre se van a la plaza con los baños de ola y peregrinan todos los años a Covadonga. Manualidades, zumba, pilates, sevillanas, inglés para niños, vainicas y deshiladas y bolillos son algunos de los cursos desarrollados en estos años que sin detenerse demasiado se le vienen a la cabeza a Teresa Ruiz.

La presidenta de la asociación cuenta que en los tiempos en los que la asociación echó a andar La Corredoria era un lugar muy diferente. "Había muy poca población y ahora hay más de veinte mil habitantes. Queríamos hacer actividades, hablar entre mujeres...", explica. En la consolidación de ese proyecto fue decisiva la complicidad de todo el movimiento asociativo del barrio. Sin los comerciantes, pone como ejemplo Teresa Ruiz, habría sido imposible sacar adelante el carnaval o la cabalgata de Reyes, ya que ellos donan los regalos para los niños y algunos premios y el Ayuntamiento entrega las medallas de los ganadores del concurso de disfraces. El chocolate que se sirve en carnaval para más de seiscientas personas también es aportación del comercio de la zona.