El tripartito local (Somos, PSOE e IU) aprobó ayer en Junta de Gobierno las ordenanzas fiscales para el año que viene, un documento que ya presentó hace semanas y que tendrá que ser aprobadas en el Pleno municipal. La aprobación de ayer es el primer trámite para que los nuevos cambios en los impuestos puedan entrar en vigor en 2017. Las ordenanzas irán a la primera comisión de Economía que se celebre en octubre y, una vez se discutan allí, pasarán al Pleno, que es el órgano facultado para su aprobación definitiva.

Los principales cambios en materia fiscal que incluyen estas ordenanzas tienen que ver con el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que es el tributo que más ingresos le reporta anualmente al Ayuntamiento. El gobierno de izquierdas bajará ligeramente el tipo de IBI para las familias (del 0,679 al 0,65) y se lo subirá a los edificios de uso no residencial, como los comercios, los supermercados y las inmobiliarias. Entre estos inmuebles afectados se encuentran negocios como El Corte Inglés, Mercadona, Alimerka o distintas constructoras.