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El último bastión de la alta costura

Petro Valverde recibe hoy en Oviedo el premio de Adymo al mejor diseñador del año: "Es un honor que te valoren después de cuatro décadas de carrera", afirma

El último bastión de la alta costura

Por sus manos han pasado muchas mujeres españolas anónimas, pero también muchas "celebrities" y princesas de medio mundo. Petro Valverde (Sevilla, 1946) es uno de esos diseñadores que vivieron en persona la época dorada de la moda española. Cuando la alta costura era el peso pesado en los talleres del país. Pero ahora, con 40 años de profesión sobre sus hombros y un taller de costura en Madrid que lucha día a día por seguir adelante y mantener viva la alta costura en España, aquellos años dorados son sólo un bonito recuerdo. "La alta costura está en un momento difícil porque no cuenta con ninguna ayuda ni difusión. Hay algunos diseñadores jóvenes que están intentando hacerla, pero es una carrera de obstáculos", asegura.

Lo dice desde su burbuja particular, desde su paréntesis del mundo, su taller de costura, situado en la calle General Arrando de Madrid, pocas horas antes de tomar un avión hacia Asturias. El motivo de su nueva visita a la región esconde algo muy especial para él: recoger el premio a mejor diseñador del año que otorga la Asociación de Diseño y Moda de Asturias (Adymo). Se le entregará esta noche, a las 20.00 horas, en un cóctel que se celebrará en el Hotel de la Reconquista. "Es un honor y muy emocionante que te valoren después de más de 40 años de carrera, y encima que lo hagan tus compañeros de profesión", subraya.

Durante todo este año, coincidiendo con la celebración de sus 40 años en el mundo de la moda, ha recibido muchos reconocimientos, pero este le provoca una especial alegría, por dos motivos. "Porque además de lo que supone el premio en sí, tengo muchos amigos y clientas en Asturias, y podremos celebrar que aquí seguimos. De hecho, el sábado se casa una chica en Gijón con un vestido diseñado por mí. La mujer asturiana valora la costura, tiene mucha elegancia y le gusta vestir bien".

No le cuesta reconocer que ha tenido muchos momentos duros en todos estos años, ofertas tentadoras que se alegra de haber rechazado, y "muchas personas del sector a las que les encantaría haberme visto caer". Pero Petro Valverde nunca se ha planteado colgar las botas. "Siempre he encontrado refugio en mi taller y en mis clientas. Cada vez que entra una, se me sigue iluminando la cara". El equipo que tenía en su casa se ha reducido mucho -"ahora somos tres"- pero su forma de trabajo sigue siendo la misma: "Es lo que me ha mantenido aquí. El trato directo, personalizado, el diseño de prendas exclusivas, realizadas todas a mano, y que les aportan ese plus que buscan las mujeres para brillar en una cita importante".

Desde que llegó a Madrid, "de provincias, y con una mano delante y otra detrás", ha reunido una colección de momentos inolvidables. Pero si hubo uno que lo cambió todo fue el diseño del traje de boda de la infanta Elena. "Fue un sueño hecho realidad. Era el primer traje de novia que se hacía para una infanta en España después de casi 100 años. Sigo teniendo un agradecimiento inmenso hacia ella por haberme elegido". Aunque ya le hacía otras prendas antes -diseñó también su traje de pedida-, recuerda aquellos meses previos al enlace con especial cariño. "Participó mucho en el diseño. Todos los vestidos de novia que hago tienen una impronta de la protagonista, les dejo hacer para que lleven lo que habían soñado. Ella quería sentirse cómoda, y lo consiguió".

Actualmente ya no diseña para ella, pues "en su agenda ya no hay actos oficiales ni galas ni ceremonias", pero sigue manteniendo con ella una gran amistad: "Por eso me molestó que la prensa dijera que iba a venir a la exposición homenaje que se organizó en Madrid hace unos meses. Se lo inventó la prensa. Menos mal que ella me conoce y no le pareció mal".

Su éxito en la realeza, desde Tessa de Baviera a Alia de Jordania, le hacen fantasear con vestir a la Reina Letizia. "A quién no le gustaría. Pero, aunque lleve un día un Hugo Boss o un Carolina Herrera, su diseñador de cabecera sigue siendo Felipe Varela. Ella dice que se siente cómoda con él, que la entiende, y aunque nos parezca mal y queramos que varíe más, no creo que lo haga".

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