La Cátedra Emilio Alarcos Llorach de la Universidad de Oviedo inauguró ayer el curso académico con la poeta María Victoria Atencia. La malagueña recitó algunas de sus poesías, empezando por "Epitafio para una muchacha" y "La llave", y antes de empezar a declamar versos habló de "lo diferente que la poesía puede ser en una vida tan larga" como la suya.

El acto, que tuvo lugar en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo, ayer por la tarde, fue presentado por la directora de la Cátedra, Josefina Martínez. Ambas comparten amistad y la catedrática asturiana reconoció a su amiga como "un icono de la mejor poesía", "una mujer singular y una poeta grande, muy grande". Alabó su "elegancia natural, equilibrio y placidez" y repasó su producción vital, que comprende tres hijos, veintinueve libros, su experiencia como piloto de aviación, colaboraciones en la revista literaria "Caracola", conferencias y exposiciones de grabados, entre otras cosas.

Josefina Alarcos leyó un poema que su hijo, Miguel Alarcos, dejó para su lectura en el acto de Atencia.

Fue el poeta José Luis García Martín quien se detuvo más comentando los valores literarios de María Victoria Atencia. Habló de su "clasicismo con moderación y sin estridencias", de su "arte de la brevedad", su espiritualidad y de cómo siendo "una poeta muy de Málaga" ha recorrido el mundo y lo ha expresado en su poesía.

José Antonio Gómez, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, y Fernando Padilla, director general de Planificación Académica del Principado asistieron al recital. También la directora de área del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, María José Álvarez Faedo, intervino en la apertura de curso de la Cátedra Emilio Alarcos y dirigió unas palabras de "profundo agradecimiento" a su directora "por su gran labor" y por "su mecenazgo", que ha enriquecido el programa de actividades de la Universidad de Oviedo.