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Bienvenidos a la Villa Condal

La feliz idea de restaurar los antiguos carteles que diseñó Gelín el roxu para promocionar la gastronomía local

Uno de los históricos carteles de Noreña.

Debe de ser costumbre en trance de desaparición la colocación de carteles a la entrada de los pueblos y ciudades indicando las excelencias de cada lugar: artísticas, culturales, recreativas, arquitectónicas, gastronómicas, etc. Noreña no iba a ser menos con su características gastronómicas y también dispuso de esos carteles turísticos que aún mantiene, colocados a las entradas de la población donde se recomienda comer fabada, callos, morcillas o chorizos y en el reverso, los deseos de un feliz viaje. En aquel tiempo los sabadiegos estaban durmiendo el sueño de los injustos. Todo comenzó con una idea que el empresario de industria auxiliar chacinera, Mamel Nuño, se trajo de Ávila. Hombre viajero por su profesión y con muchas iniciativas en mente para la promoción de Noreña, se trajo, repito, la idea y se la pasó a Fritz Köpke a quien no se le daban nada mal los pinceles. Lo diseñó siguiendo la idea que le había apuntado Nuño y tras hacer varios de ellos en madera quedaron guardados en un almacén de Productos YA.

Cuando Enrique Junquera "Copi" entra como concejal a primeros de los años ochenta recibe el encargo de ir a recogerlos -según sus propias palabras- y en la fábrica lo recibe Tito Köpke que se los entrega y le recuerda al mensajero que había que pagar el trabajo, siendo el propio Copi el encargado de colocarlos. Estamos hablando de 5.000 pts cada cartel. Sin madera tratada aunque barnizado, no duraron mucho a la intemperie, así que desde el ayuntamiento encargaron a Ángel Cuesta Huergo, "Gelín El Roxu" -excelente dibujante y rotulista- hacerlos de nuevo con otro material que garantizase su conservación. En Carrocerías Ferqui aportaron las chapas inoxidables, y Gelín en ratos fuera de horario laboral y de forma gratuita, los fue dibujando utilizando su artesano aerógrafo, logrando un espléndido trabajo, pero algo raro sucedió que una vez terminados, pasaron a un almacén municipal donde quedaron depositados muchos años sin razones aparentes que justificasen ese abandono. Años después, desempolvaron tan artísticas placas informativas y colocaron una en cada entrada de Noreña con estructura rústica, haciendo mención, como ya queda dicho al principio, a la Noreña chacinera y gastronómica. Quisieron añadir el carácter de hospitalaria, pero prefirieron no entorpecer lo que ya estaba hecho, respetando íntegramente la idea original plasmada perfectamente por el "fiu de Gabrielón El Roxu". Durante muchos años estuvieron colocadas en los accesos de la villa, sufrieron las inclemencias del tiempo y el castigo y desprecio de los amigos del spray que todo lo estropean y hasta algún chifleta puso a prueba su puntería disparando con una pistola sobre el cartel metálico que estaba colocado en Les Peñes de la avenida de Buenavista.

Gobernando Cesar Movilla, optó por cambiarlos variando el diseño original y falta total y absoluta de calidad artística, añadiendo entre otras cosas al texto el carácter noreñés de monumental, sorprendiendo tanto a los vecinos como a los visitantes, pues la pregunta no se hizo esperar: ¿Noreña monumental? Alguien lo vio en algún cartel castellano y pretendió trasladarlo a la Villa Condal pero estaba claro que ese adjetivo no encajaba con la realidad ni por coincidencia.

Pues ahora, desde hace un tiempo, el actual equipo de gobierno de Amparo Antuña, con buen criterio, ha restaurado los carteles de Gelín y ya están luciendo en las entradas y salidas de la Villa Condal, felicitándonos por ello.

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