La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La maestra regresa a Vío

María Julia Fernández, de 88 años, se reencuentra con los que fueron sus alumnos en Grado entre 1955 y 1960

La maestra regresa a Vío

Emocionante. Así fue el reencuentro de María Julia Fernández González, de 88 años, con los que fueron sus alumnos en la década de los años cincuenta del pasado siglo en la escuela de Vío El Pedrouco (Grado). Una jornada en la que revivieron los momentos felices de su infancia junto a la maestra que les enseñó a leer, escribir y hacer operaciones matemáticas. Sus exalumnos le entregaron una placa, un ramo de flores y una bonita orla que le hizo llorar de emoción.

Fernández nació en el pueblo moscón de Panicera y nada más terminar la carrera de maestra sacó las oposiciones. Su primer destino fue Sotres; empleaba un día en llegar al pueblo porque no tenía carretera. A los dos años se trasladó a Vío El Pedrouco, donde dio también clase a los niños de Vío El Pico, La Cabaña y Los Lodos. El primer día llegó acompañada por su padre y comenzó viviendo en una casa particular hasta que se trasladó a la casa del maestro. Además, allí nació su hija, por lo que los recuerdos son aún más bonitos si cabe.

Tras estar cinco años como docente en Vío El Pedrouco fue trasladada a Beifar (Candamo) y, luego, a Avilés, donde se jubiló y aún vive. Al homenaje que le rindieron sus antiguos alumnos la acompañaron su marido, su hija y su yerno. Quiso enseñárles cómo eran la escuela y la casa de maestros, pero no pudo. La reforma para convertirlo en centro social cambió por completo el inmueble. Con todo, aseguró que los cambios son "maravillosos".

Fernández disfrutó conversando con los que fueron sus alumnos de 1955 a 1960, y también leyó viejos libros que guardan en el local. Asimismo, pidió perdón por la mano dura y los castigos, y aseguró que con los cambios en la enseñanza aprendió que el conocimiento entra mejor con cariño y tuteo que con castigos.

La maestra reconoció a todos y cada uno de sus alumnos en Vío El Pedrouco y ellos se afanaron por escribir con buena letra y sin faltas de ortografía la dedicatoria que le brindaron en la orla que le enviaron como recuerdo del encuentro.

Después, disfrutaron de exquisitas viandas que elaboraron los vecinos, que remataron con un rico postre consistente en canutillos rellenos de crema.

Compartir el artículo

stats