La tensión acumulada desde hace meses en el tripartito local (Somos, PSOE e IU) afloró ayer con intensidad en la réplica que el Alcalde, Wenceslao López (PSOE), ofreció por la mañana a sus socios, Somos e IU, que le habían acusado de "saltarse el pacto de gobierno" al anunciar la paralización momentánea del proyecto de transformación de Santullano, una de las grandes apuestas del tripartito. En el tono reflexivo que le caracteriza, sin grandes aspavientos ni perceptible agresividad, pero con contundencia y a veces cierta ironía, el regidor socialista acusó a sus socios de "falta de responsabilidad y de rigor" por las palabras, de "hacer oposición" desde el propio gobierno y de "montar una estrategia" común "preocupante" ante la posible celebración de terceras elecciones generales en diciembre. "Se me ha atacado. No puede ser que alguien pretenda que renuncie a mis obligaciones", lamentó.

El Alcalde negó que se vaya a paralizar el proyecto de Santullano y tildó de "reacción desmedida" la "escandalera" de sus socios porque, dijo, e insistió una y otra vez, que la transformación de esa zona sigue adelante, de forma "mucho más lenta" por la falta de financiación europea, pero que sigue adelante porque, remarcó, "es una de las oportunidades históricas para hacer ciudad" y "es un proyecto que he impulsado personalmente hace seis meses". "No llegamos de nuevos como Imagina un Bulevar", dijo, y rememoró que sin los fondos europeos faltan 15 millones para abordar el proyecto, lo que supone que "avance más lento".

Santullano es la excusa de toda esta crisis pero, en realidad, es lo de menos. De fondo emergen grietas ya inocultables. Las relaciones entre los socios, salpicadas siempre por la situación política nacional, no son buenas desde hace tiempo. Los roces han sido continuos incluso en asuntos en los que, sobre el papel, los tres están de acuerdo. Hay concejales que se tratan lo justo y concejalas que directamente no se soportan. A día de hoy se advierte una división que sitúa al PSOE (5 ediles) a un lado y a Somos (6) e IU (3) en el otro. Los socialistas están convencidos de que todo responde a "una estrategia" para ir a por el Alcalde. Podemistas y comunistas, que van lentamente tejiendo puntos de encuentro (ayer emitieron otro comunicado conjunto, el segundo en dos días) niegan la "pinza" y sostienen que reclaman una "mejor coordinación" por el bien del tripartito y de Oviedo. Y todo esto se produce en un contexto difícil para el gobierno, cuando se tambalean proyectos de primer orden como el de la remunicipalización de la recaudación de los impuestos, el presupuesto sigue en pañales y los vecinos urgen las obras prometidas que, a tres meses de finalizar el año, ya temen que no lleguen.

Ayer, por primera vez de forma evidente, al Alcalde le importaron menos de lo normal los equilibrios. En su estilo y durante 35 minutos, disparó una y otra vez a sus socios por lo que llamó "una reacción desmedida" y un "conflicto injustificado" a cuenta de sus palabras el miércoles sobre Santullano. "Estaban físicamente allí y nadie dijo nada. No sé qué pasó después. O no entienden nada o es un error de bulto. O se han montado una estrategia realmente preocupante de hacer oposición al Alcalde desde el gobierno. Espero que no sea así", dijo. Y añadió: "Gobernar exige rigor y lealtad. Me cabrea la falta de rigor y responsabilidad. En este año y seis meses, el PSOE nunca ha manifestado públicamente ninguna objeción a la gestión de sus socios".

"Es el colmo que desde el propio gobierno se haga la oposición", continuó Wenceslao López, que rápidamente buscó en Madrid la respuesta a esta crisis. "No quiero creer que (Somos e IU) se han metido en esa ola de nivel nacional de oponerse a todo porque están cerca unas terceras elecciones y quieren ponerse ya galones". Y siguió en esta clave: "Tengo claro el escenario (de gobierno). Son tiempos nuevos. Se acabó el bipartidismo. Hay una nueva cultura política y la estoy poniendo en práctica. Mis socios no tienen madura esa cultura política", dijo, y admitió que el "escenario complicado" de Madrid y la falta de "recursos humanos y económicos" en el Ayuntamiento contribuyen a elevar la tensión.

López rechazó que vaya "por libre" en el gobierno, como le achacan Somos e IU, y resaltó que "llevo siempre a las dos portavoces" (Ana Taboada por Somos y Cristina Pontón por IU) a cualquier acto de gobierno. No las puedo llevar a todos los sitios", ironizó. Para defenderse de las acusaciones de falta de comunicación en el tripartito, el regidor descubrió que de las acusaciones de sus socios se enteró por los medios y contraatacó: "No puedes exigir a los demás lo que tú no haces o te niegas a hacer. Me exigen comunicación fluida y me entero por los medios. Si alguien no entiende y es del gobierno qué menos que llamar al Alcalde", dijo.

El regidor socialista envidó reivindicando diálogo. "Sería un fracaso como políticos que no fuésemos capaces de gobernar dialogando entre diferentes. Una grave responsabilidad de aquellos que dicen que vienen a cambiar la política", dijo. "A lo mejor resulta que los que queríamos cambiarla son los que estábamos en ella". Fue un dardo directo a Somos. La edil y portavoz socialista Ana Rivas, a la vera del Alcalde y en silencio durante toda la comparecencia, contuvo en ese momento una sonrisa pícara.