Si algo define a Noelia Pereira Santaclara es su amplia sonrisa, su carácter campechano y su simpatía desbordante. Ella, que es una mujer con muchas inquietudes y que aprovecha cada minuto del día para hacer todas esas cosas que a otro ser humano pueden parecerle imposibles, le resta importancia porque sin duda disfruta con cuanto hace. Quien la conoce sabe que es una mujer que sabe aprovechar el tiempo y que se toma, con buen humor y con paciencia, cuanto se le pone por delante.
"Soy de Peñerudes pero vivo en Santa Eulalia de Morcín. Estudié Derecho y luego me preparé para unas oposiciones a oficial de Justicia, pero la verdad es que no me hacía mucha ilusión tener que salir fuera. Al final salieron las oposiciones a la biblioteca de Morcín y saqué el segundo puesto. Cuando se fue el chico que sacó la plaza, entré yo. Estoy encantada porque, además, el tiempo que me queda libre lo dedico a atender mi casa y a mi familia, así como las cosas que me gustan. Voy al gimnasio en Oviedo, cocino, que me encanta y, sobre todo, coso, algo que llevo haciendo ya tres años y que se ha convertido en una de mis grandes pasiones", afirma.
Su madre, Nieves, fallecida en 2007, siempre fue su gran referente para todo y de ella heredó las buenas manos, tanto para la cocina como a la hora de ponerse delante de la máquina de coser. "Cuando era una niña, ya me gustaba ayudarla en la cocina y también a la hora de coser, en que le echaba una mano, pero vamos, no me imaginaba yo hacer lo que estoy haciendo ahora, porque al principio no me gustaba nada", añade sonriendo.
Y es que su cuarto de costura guarda algunos de esos tesoros que elabora y que seducen de inmediato, tanto por la originalidad de sus diseños como por su estilo inconfundible, el que le da Noelia y que firma con el nombre de "Mamani", en honor a su madre, Nieves.
"Mi especialidad son los delantales, la verdad es que están gustando mucho; yo elijo las telas y las formas. Hace tres años empecé un curso de patronaje en Mieres y sigo acudiendo dos veces por semana. También empecé este año con mis alpargatas y hago también unas muñecas de trapo personalizadas que están gustando mucho", recuerda.
Sobre las cebollas rellenas dice: "Las probé por primera vez en el bar Camacho, en Anieves, y enseguida me animé a hacerlas. Es un plato muy asturiano, en El Entrego, por ejemplo, tienen mucha fama, y además son fáciles de hacer". Sobre Oviedo, ciudad que visita con frecuencia y en uno de cuyos institutos ha empezado sus clases este año su hija Daniela, afirma que le gusta el casco antiguo "y también ir de tiendas, porque hay una gran variedad a la hora de elegir las telas. También me gusta ir, por ejemplo, a la biblioteca del Fontán o con mi hija a la de La Granja, en el Campo San Francisco".
