Si Pablo está por ahí, en alguna parte, tendría que tener seis años, casi siete. Pero nadie sabe dónde está. Salvo su madre, que no lo quiere contar. "No tenemos ninguna pista sobre el paradero del niño. Ella no quiere colaborar. Llegó a decir que si contaba dónde está las consecuencias serían peores", declaró ayer el policía al frente de la investigación.

Pablo nació el 3 de diciembre de 2009 en el HUCA. Su madre asumió la guardia y custodia, sin aportar la identidad del padre del recién nacido. Lo inscribió en el registro civil de Oviedo y en el libro de familia consta solamente María Josefa. Eso es todo: ahí se pierde la pista del niño. Nunca le fue expedido ningún tipo de identificación, como el DNI o el pasaporte. Tampoco fue al pediatra ni al colegio. Solo un pequeño dato: en 2014 la madre acudió al centro de salud para darlo de baja alegando que no vive en España. Es como si se lo hubiera tragado la tierra.

Aunque no era el objeto del juicio de ayer, el tema salió en varias ocasiones y la abuela dijo estar "preocupada" por el paradero de su nieto. María Josefa se enfrentará a otro procedimiento por este caso. La Fiscalía le pide 2 años de prisión por no revelar el paradero del menor y otros 9 de inhabilitación para ejercer la patria potestad del niño.