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RAFAEL MATESANZ | Director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT)

"Un trasplante de corazón cuesta en España 90.000 euros; en EE UU, 900.000 dólares"

"Para sustituirme no propondré nombres, pero sí que sea alguien de dentro del sistema; un nombramiento político es un riesgo serio"

Rafael Matesanz Lavandeira jr

Rafael Matesanz Acedo (Madrid, 1949) pasará a la historia, si no surge ningún elemento disturbador, como uno de los grandes protagonistas de la sanidad española de finales del siglo XX y principios del XXI. Su papel en la creación y desarrollo de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha llevado a España al liderazgo mundial en el ámbito de la donación y el injerto de órganos. Hace meses anunció su intención de jubilarse, y ahora espera a que haya un nuevo Gobierno para cerrar una gestión muy destacada que en 2010 fue distinguida con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación. Ayer estuvo en Oviedo para pronunciar una conferencia en el 46º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Nefrología.

-Está usted en retirada...

-Sí, como los indios (risas).

-¿Tiene fecha?

-Lo anuncié hace meses. En un alarde de ingenuidad, dije que me jubilaría cuando tuviéramos nuevo Gobierno... Básicamente, para explicarle al nuevo ministro o ministra cuál es la situación y para poder hacer una transición reglada. Creo que lo lógico es acabar el año, presentar las cifras, y en enero o febrero jubilarme. Cumplo ahora 67 años y es un buen momento.

-¿Seguirá vinculado de algún modo al mundo de los trasplantes?

-No, entre otras razones porque soy consciente de que, me suceda quien me suceda, si yo intervengo en algo voy a convertirme en una especie de "jarrón chino", como decía Felipe González, y eso no va a ser positivo.

-¿Piensa proponer nombres para sucederle?

-Más que proponer una persona con nombres y apellidos, voy a decir que tiene que ser una persona de dentro del sistema. Lo contrario, nombrar a alguien que no tenga nada que ver con el sistema y que venga por su posición política, me parece un riesgo serio. Tiene que ser alguien que conozca muy bien la ONT por dentro. Hay varias personas que pueden hacerlo perfectamente.

-No es un puesto político.

-No, en absoluto. Otra cosa es que de vez en cuando te veas obligado a hacer cabriolas políticas por una determinada situación y porque los ministros son como son. Pero el puesto es absolutamente técnico. Si vienes a un foro como éste, de la Sociedad Española de Nefrología, y la gente te escucha con atención y respeto, es porque sabes de lo que estás hablando. Algunas veces he oído y leído que esto de los trasplantes funciona porque el Estado se ha quedado las competencias. No es verdad. El Estado no tiene en trasplantes más competencias que en vacunas o en VIH. Sólo tiene la competencia de coordinación.

-¿No funciona con una autoridad central?

-Hay una "auctoritas", pero no una autoridad central. Yo mandar, mandar, mando entre poco y nada. No puedo decir a las comunidades autónomas que hagan esto o lo otro. Lo hacen porque tomamos decisiones conjuntas y mancomunadas, y porque la gente considera que es lo mejor para todos.

-¿Cómo ha llevado las críticas que dicen que los trasplantes en España funcionan muy bien gracias a la chequera?

-Es absurdo. Basta ver lo que cuestan los trasplantes en España y compararlo con cualquier otro país. En España cuestan muchísimo menos, entre el 10 y el 20 por ciento de lo que cuestan en Estados Unidos, y eso es por lo poco que cobran los profesionales. Por ejemplo, el trasplante de corazón está tasado en unos 90.000 euros, y en Estados Unidos en 900.000 dólares. El de riñón cuesta aquí 30.000 euros, y en Estados Unidos entre 250.000 y 300.000 dólares. Y esa diferencia no es por la medicación, sino por la remuneración de los profesionales. Lo que cobra la gente de los trasplantes no es distinto de lo que cobra cualquier profesional muy especializado de angiografía vascular o por una cirugía de vanguardia. Todo esto obedece a la envidia, que es el motor nacional.

-¿Considera usted que, por la baja cifra de actividad, programas como el de trasplante cardíaco de Asturias están en la cuerda floja?

-Nosotros señalamos en su día que la eficiencia crece cuando el número de intervenciones es mayor, pero no apuntábamos a nadie. Y lo que sucedió fue que todas las comunidades hicieron una defensa a ultranza de sus programas de trasplante. No hay mucho más que discutir. De todos modos, con el corazón está produciéndose un ascenso de las indicaciones, y la actividad, después de experimentar un bajón, está aumentando ligeramente.

-¿Se han abierto demasiados programas de trasplante?

-De trasplante cardíaco es evidente, y los primeros que lo han dicho son los propios cardiólogos de los programas que ya estaban. Lo que pasa es que, una vez abierto un programa, es totalmente excepcional que se cierre. Ese problema sólo se da en el corazón. En riñón las cosas están mucho más equilibradas, y en pulmón y en hígado, también. Y luego hay que tener en cuenta que un modelo de concentración excesiva en unos pocos hospitales impide que se incremente la actividad. El Reino Unido ha tenido que rectificar.

-¿Con qué ministros de Sanidad ha trabajado más a gusto?

-Con Ana Pastor y con Trinidad Jiménez. Eso admite pocas dudas. Con Romay Beccaría yo estaba en el Insalud, y la relación es distinta, pero Romay es un caballero desde todos los puntos de vista.

-¿Mejor con las mujeres?

-La mayor pena con Trinidad Jiménez es que se fue de Sanidad demasiado pronto, pero es una persona muy lista y muy intuitiva. Y Ana Pastor es una fuera de serie, porque es muy lista, sabe del tema y encima tiene una capacidad de trabajo absolutamente desmesurada.

-Con Celia Villalobos tuvo una relación fatal.

-Semejante persona no merece más comentarios.

-¿El momento más crítico de su trayectoria en la ONT?

-El encontronazo con DKMS, la empresa alemana que hizo campañas de captación de donantes de médula ósea, después del lío que surgió en Avilés. Fue un ataque en toda la línea de flotación, y surgió en enero de 2012, en pleno cambio de Gobierno central, cuando acababa de llegar el PP. Fue un momento muy comprometido. Ellos tiraron a matar para que me quitaran de ahí. Afortunadamente, todo el sistema reaccionó muy bien, y hubo un apoyo muy generalizado. Lo que permitió finalmente que aquello se parara fue un cambio legislativo que apoyaron por unanimidad todos los partidos, y eso no es fácil de conseguir.

-¿Cómo ve la ONT "postmatesanz"?

-Está todo muy bien encauzado. Estamos en máximos de todo: de órganos, de médula, de cordón... Además, hay una hermandad por parte de todas las comunidades autónomas. Lo único que podría romperlo, ya he dicho, es que venga alguien ajeno al sistema que pensase que por el mero hecho de decir algo la gente va a seguirle. El futuro es bueno y se va a seguir creciendo. No hemos llegado al tope.

-¿Su experiencia con Asturias?

-Muy buena. La gente de los trasplantes de Asturias siempre ha estado a la cabeza, entre las tres o cuatro comunidades con mejores cifras. Además, han transmitido a otros una forma de hacer. En nuestro ámbito se ha actuado con una gran generosidad. Y, luego, qué decir del Premio Príncipe de Asturias. Probablemente fueron los días más bonitos de mi carrera. Quien no se impresione en la ceremonia de entrega es que no tiene sensibilidad ninguna.

-¿A qué se dedicará en adelante?

-A mi familia totalmente.

-¿Será capaz? Usted ha llevado una vida muy intensa.

-Sí, pero en la vida hay tiempo para todo. Además, tengo una deuda histórica con mi familia. He dedicado a esto mucho tiempo y mucho esfuerzo. Coincide que ahora se jubila también mi mujer. Además, hace nueve meses he tenido un nietecillo y eso te cambia la vida.

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