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Los nuevos debates sobre el Campo incluyen sacar los coches de Santa Cruz

El concejal de Urbanismo admite la hipótesis aunque resta importancia a posibles peatonalizaciones frente al trabajo en pasos de cebra y accesos

Los nuevos debates sobre el Campo incluyen sacar los coches de Santa Cruz

El Campo de San Francisco se ha convertido en una gran rotonda, donde los coches funcionan como los indios rodeando el fuerte y el concejal de Urbanismo, Nacho Fernández del Páramo, como el general que trata de abrir un corredor humanitario. Para lograrlo, su séptimo de caballería es el Colegio de Arquitectos de Asturias, que ya trabaja en un informe de diagnóstico sobre fortalezas y debilidades del Campo. El grupo ya ha empezado sus estudios pero es pronto para sacar conclusiones, precisa la vocal de Urbanismo, Ana Piquero. El punto de partida, en eso no hay duda, pasa por beneficiar los itinerarios peatonales frente a los desplazamientos en coche, y para conseguirlo Fernández del Páramo admite que la supresión del tráfico por Marqués de Santa Cruz podría ser una de las cuestiones que se someterán ahora a debates públicos.

Contemplado sobre un mapa de Oviedo con sus flujos de tráfico, esa vía es la única de las cuatro que rodean el parque donde el tráfico ya ha sido limitado, de forma que sólo los autobuses, los taxis y las motos pueden utilizar el carril ascendente. Además, sobre el papel, parece relativamente sencillo que todo ese tráfico que ahora desciende por Marqués de Santa Cruz se pueda desplazar a una ronda exterior. La eliminación de ese flujo rebajaría los conflictos entre peatones y coches en la zona de la Escandalera y ayudaría a determinados recorridos peatonales hoy imposibles.

"Hay que establecer el debate, y por eso primero vamos a los diagnósticos y a los perfiles de expertos, donde se tienen que sumar también los ingenieros", razona el concejal de Urbanismo. En todo caso, Fernández del Páramo evita hablar de peatonalizaciones, un término que en Oviedo se asocia a la política urbanística de Gabino de Lorenzo. "No, no es tanto un tema de peatonalizaciones", detalla, "como de priorización de usos modales. Porque si ahora llegas al parque por Fruela, por ejemplo, tienes que girar al Escorialín y luego acceder de forma rara al parque, mientras que si el paso de cebra estuviera en línea recta no habría que hacer todo ese giro. Son todo una serie de detalles los que se están analizando que proceden de cúmulos de actuaciones en las que el peatón, que es quien hace la mayor parte de los recorridos, ha sido siempre el extraño".

Una idea similar, la de actuar con pequeños pinchazos, es la que plantea uno de los arquitectos consultados por este periódico, el ovetense, con estudio en Madrid Sergio Baragaño. Él no cree, sin embargo, que una eliminación total del tráfico sea necesaria. "Oviedo tiene una escala adecuada y a pesar de que puede haber problemas en torno al parque, creo que ya está muy peatonalizada". Él sugiere un enfoque amplio en el que se analicen también las conexiones con lugares estratégicos como la plaza de España o el parque de los juzgados, un espacio próximo al Campo "que no acaba de funcionar y que tiene casi su misma escala". Baragaño cree que hay que pensar qué sucede con "esos espacios públicos de lujo que a partir de determinada hora dejan de funcionar" y ve en la conexión con el parque, desde Geológicas, la oportunidad de un gran corredor verde.

Para el propio Campo de San Francisco receta actuaciones en sus límites. "Salvo el paseo de los Álamos, que funciona relativamente bien porque tiene la dimensión adecuada y ciertos equipamientos, por pequeños que sean, los otros límites no están resueltos ni en escala de acera ni accesibilidad, con el problema en Toreno y Santa Susana de ese desdoblamiento del paseo interior y exterior". Además, Sergio Baragaño sugiere trabajar un recorrido horizontal dentro del Campo, ahora inexistente, y dinamizarlo con equipamientos culturales, "dotarlo de ciertos atractivos para el peatón".

Damián Fandos, arquitecto ovetense que participó en uno de los procesos sobre el bulevar de la "Y", se mantiene en una posición parecida a la de Sergio Baragaño. Antes de eliminar completamente el tráfico, considera más apropiado trabajar con las secciones, rebajando los vehículos a un sólo carril de velocidad limitada, ampliando el espacio para peatones e incluyendo un carril para las bicicletas. "El problema de los parques urbanos rodeados de coches se da en todos los sitios y en todos los sitios más o menos funciona, no queda otra, pero es verdad que hay que rescatarlos", razona. Fandos razona que la ventaja de Oviedo es su escala, la posibilidad de recorrer la ciudad de un lado a otro en media hora, y ve en determinadas avenidas: la de Galicia, Valentín Masip o General Elorza, una oportunidad para generar un sistema de bulevares llenos de gente en vez de estar llenos de coches. "Creo que por ahí pueden ir las ideas", explica, "y me da mucha envidia cuando vas a sitios que ya lo han hecho, como Vitoria. Los bulevares funcionan muy bien, y no es necesario evitar que pasen los coches, pero sí que limitarlos".

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