El tripartito sacó adelante su plan de ordenanzas fiscales para el próximo año pese a los votos en contra del PP y Ciudadanos en el Pleno de ayer. Al más puro estilo Robin Hood, el concejal de Economía, Rubén Rosón, defendió los nuevos tributos y precios públicos de 2017 como la fórmula "para que los pufos de la ciudad, como el del Calatrava y Villa Magdalena, no los paguen siempre los vecinos de a pie, y para que las grandes fortunas y negocios aporten más". Y es que el gobierno local calcula que, gracias a las nuevas ordenanzas, el Ayuntamiento se embolsará unos tres millones de euros provenientes de la subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los "grandes negocios".

Precisamente, los principales cambios tienen que ver con el IBI. El gobierno local bajará ligeramente el tipo de gravamen para las familias (del 0,679 al 0,65) y se lo subirá a los edificios de uso no residencial. Es decir, a los comercios, los supermercados y las inmobiliarias (entre los muebles afectados se encuentran El Corte Inglés, Mercadona, Alimerka o varias constructoras). Aquellas oficinas, locales industriales, comercios o almacenes con un valor catastral superior a un millón de euros, tendrán que afrontar un gravamen del 1,1 por ciento. Y los propietarios de locales de hostelería con un valor catastral superior a los 2,6 millones de euros también deberán abonar mayor cantidad de dinero.

El tripartito había aceptado previamente tres de las veinte enmiendas que el Partido Popular había hecho a las ordenanzas fiscales relativas a bonificaciones y que finalmente pasaron a formar parte del documento definitivo. Todo lo contrario le pasó a Ciudadanos, que también había propuesto una veintena de cambios que, sin embargo, fueron rechazados. Así, a petición del PP, las pequeñas empresas que facturen menos de un millón de euros al año tendrán una bonificación del 50 por ciento en los impuestos de construcciones, instalaciones y obras durante los dos primeros años. Las familias numerosas con menores acogidos se beneficiarán de bonificaciones del IBI. Y las personas o empresas que soliciten fraccionar los pagos de impuestos deberán aportar garantías cuando la cantidad sea de 30.000 euros o más, en lugar de a partir de los 18.000 como hasta ahora.

Tras Rosón, le tocó el turno al portavoz de Ciudadanos, Luis Pacho, que comenzó su intervención con una vehemente defensa de los premios "Princesa de Asturias" y la petición de que el resto de grupos políticos del Ayuntamiento se sumase. Lo curioso es que después de meterse en materia fiscal, discusiones y una votación casi eterna a mano alzada de 34 enmiendas y el texto final, nadie volvió a pronunciarse sobre su apoyo o no a los Premios.

Lejos de aplaudir la propuesta del tripartito, Pacho dijo que Oviedo soporta más impuestos que el resto de ciudades asturianas y españolas de similar tamaño, pero que aunque es clara la necesidad de pagar pufos urbanísticos, "la mayoría de los que nos metieron en ellos ya no están en esta sala". La afirmación caló hondo en los presentes. Mientras en el PP miraban para otro lado, los concejales del PSOE, Somos e IU se pusieron a murmurar en la mesa.

Rosón se lo apuntó en un folio y esperó a que Eduardo Rodríguez (PP) agotase sus quince minutos de turno de palabra para defender las enmiendas populares. "Pero Pacho, los de los pufos aquellos del Calatrava y demás están aquí y los tienes al lado: Agustín Iglesias Caunedo y Gerardo Antuña", replicó Rosón.

El popular Eduardo Rodríguez fundamentó el rechazo de su grupo a las ordenanzas del tripartito (pese a la aceptación de tres enmiendas del PP) en que el incremento del tipo de gravamen a los grandes negocios (los inmuebles de uso no residencial) puede repercutir negativamente en la actividad económica de la ciudad. "Oviedo es un municipio idóneo para invertir, pero con esta subida el atractivo puede desaparecer". Un argumento similar usó Ciudadanos, que se enzarzó en una pelea dialéctica con el tripartito. En concreto, Pacho y Rosón protagonizaron un tenso debate.

Una votación algo embarullada que obligó al Alcalde a contar a toda prisa las manos alzadas una treintena de veces, puso el punto y final a una mañana que había empezado con la unanimidad de los grupos políticos al nombrar hijo predilecto de Oviedo a Tino Casal y, a propuesta de Ciudadanos, concederle la medalla de bronce a la deportista María Antonia Is Piñera.

La familia del autor de "Embrujada" -sus hermanas Conchita y Maritina, su primo Víctor , y su sobrina María- acudieron al salón de plenos para recibir la distinción. El Ayuntamiento destacó la trayectoria musical de un "hombre que se adelantó a su tiempo incluso sin disponer de la tecnología musical de hoy en día", que marcó tendencia y que ha dejado "un legado de lujo". La agente de la Policía Local María Antonia Is Piñera es funcionaria desde 1993, la primera seleccionadora de fútbol femenino de la Selección Española en categoría absoluta y ha jugado en el Oviedo Moderno 20 años. Como jugadora asturiana con más partidos internacionales, el Ayuntamiento le concede la medalla por "abrir la senda a las mujeres en el mundo del fútbol".