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SONIA PUENTE | Decana del Colegio de Arquitectos de Asturias

"El Campo es central, su debate debe ser el de todo Oviedo y su población flotante"

"Ya le dije a Taboada que en el Cristo no tiene sentido una participación ciudadana en 4 meses tras 15 años de problema"

Sonia Puente, en el Colegio de Arquitectos. FERNANDO RODRÍGUEZ

El Colegio de Arquitectos de Asturias trabaja desde hace semanas en un diagnóstico sobre la situación del Campo de San Francisco. Es la primera fase del encargo que ha recibido del Ayuntamiento de Oviedo: redactar los pliegos del concurso de ideas para la reordenación del ámbito del parque ovetense.

-¿En qué consiste este proceso que está llevando a cabo el colegio?

-El grupo de urbanismo está realizando un prediagnóstico. Con ese resultado haremos un proceso participativo del que saldrá un diagnóstico participado. Y con todo eso saldrán unas conclusiones que compondrán las bases del concurso de ideas para la reordenación del ámbito del Campo.

-Es un modelo poco frecuente, ¿no?

-Para ser un ámbito tan técnico como unos pliegos, hemos querido hacerlo así porque creemos que no puede haber urbanismo sin participación ciudadana. No cabe que la solución a los problemas de la ciudad tengan sólo una mirada técnica. Y los arquitectos tenemos que establecer ese equilibrio entre lo que la ciudad quiere y lo que la administración pide, interpretando las necesidades de los ciudadanos.

-Un ciudadano, claro, no puede diseñar un puente.

-No, pero sí puede decir para qué le viene bien ese puente o qué requisitos debe cumplir para su barrio. Es cierto que en la participación ciudadana hay mucho barullo, porque hemos querido pasar de cero a cien en un segundo, de una ciudadanía dormida que no participaba en nada al "todo lo tiene que decidir la ciudadanía". Y tampoco se trata de la visión partenalista de la administración del tú opinas y yo decido. A participar se aprende participando, y nuestra idea es que todos estos procesos de debate, diagnóstico, puestas en común, etcétera, vayan canalizándose en soluciones que casi salgan de una manera natural. No en yo le pongo tres propuestas encima de la mesa y usted las vota.

-¿Cómo se garantiza una participación de verdad?

-Por un lado, no sólo vamos a poner al ciudadano una serie de puntos para el debate. Nuestro proyecto también incluye una mesa de seguimiento que velará por que todo el proceso tenga una continuidad y una trazabilidad. Para que no se pierda nada por el camino. Porque a veces estos procesos resultan procesos fallidos, y una de las cuestiones más importantes es que no provoquen frustración a la ciudadanía. El ciudadano tiene que hacer el proceso suyo, ver resultados tangibles, y si no se puede incorporar sus ideas, tiene que saber por qué. Por otra parte, insistiremos en la participación que yo llamo pública, para distinguirla de la participación social. Me refiero a que si queremos ser participativos, las instituciones tienen que dar ejemplo con una participación hacia dentro, entre los grupos políticos y las administraciones.

-¿Cuál es el problema del que se parte?

-Del problema de un parque con una accesibilidad complicada, del problema del parque con su inmediatez. Y no sólo afecta a los vecinos más próximos. Es un lugar emblemático y central y el debate debería implicar a toda la ciudad de Oviedo y a su población flotante, porque también es un elemento vertebrador entre su zona alta y su zona baja

-¿Sirve la experiencia del Bulevar de la "Y" para este proceso?

-El Colegio no ha participado en ese proceso, aunque sí algunos de sus arquitectos. El Colegio ha apoyado la iniciativa y esperamos que con el impulso de los talleres se recupere un poco la implicación ciudadana. En todo caso, para que tenga éxito ese proyecto tiene que ir de la mano de la solución a la Fábrica de Armas de la Vega.

-¿Qué pasa con La Vega?

-La cuestión pasa por que sí o sí recuperemos ese espacio para la ciudad. Entiendo que es difícil, pero es una de las prioridades. Sería bueno que nos fuéramos apropiando de ese espacio. Se debería intentar ir abriendo algunas partes.

-¿Y El Cristo?

-El grupo de Urbanismo ha hecho un trabajo y en breve lo presentaremos. Es un ámbito más difícil porque está formado con el tejido de la ciudad. Pero sí, hay que darle un uso más allá de lo que se vaya a hacer. Y, ojo, y ya se lo dije a Ana Taboada, aquí no tiene sentido un proceso de participación en tres o cuatro meses. Un problema que lleva quince años encima de la mesa necesita reflexiones más sosegadas que lo que se ha aprobado. Es totalmente desproporcionado. Se ha hecho un concurso restringido y sin publicidad. El colegio no ha intervenido ni tampoco técnicos ni profesionales asturianos van a participar. El proceso de participación lo convoca el Ayuntamiento y lo tienen que desarrollar en ocho meses. La explicación del Ayuntamiento es que tienen muchos problemas con la contratación. Es entendible, pero desde el Colegio no lo podemos compartir.

-Con el asunto del Campo uno de los debates es qué hacemos con el coche en el centro de la ciudad. ¿Qué hacemos?

-La solución de futuro no va tanto por sacar el coche de la ciudad como por la convivencia de las tres modalidades: coche, bicicleta y transporte público. Eso se consigue con determinadas medidas como limitar la velocidad a treinta kilómetros por hora o con pavimentos blandos. Porque hoy en día nadie va a renunciar al coche, aunque tampoco puede ser el rey de la ciudad y tiene que estar en igualdad de importancia con las otras modalidades.

-¿Las peatonalizaciones?

-Durante los ochenta y los noventa supusieron un cambio radical, todo lo que suponía dejar los centros históricos sin tráfico. Eso empieza a estar más asumido ahora aunque no tanto en la periferia. El problema es que al final la barrera de tráfico no permite la permeabilidad deseada, pero espero que se saque pronto a concurso el plan de movilidad junto al plan general.

-¿Es el momento?

-Las noticias que tenemos es que está a punto. El anterior plan es el del 96. Está pensasdo en una época muy expansionista, de crecimiento. No tiene nada que ver con lo que la ciudad necesita ahora, más de reordenar lo que tenemos.

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