El enólogo y presidente de honor de la Cofradía del Cava, Josep Llucià i Arnal, falleció ayer en Oviedo dejando "un gran vacío" en el mundo empresarial y de la elaboración y distribución de esta bebida espumosa. Así lo expresaron ayer su familia, compañeros y seres queridos, que le describieron como un profesional que entregó su vida al perfeccionamiento del cava hasta el punto que "parecía haber nacido en una burbuja"

Nacido en San Sadurní de Noya (Barcelona), se casó con la ovetense Margarita García Suárez y tuvo tres hijos -Montse, Josep y Agus- y seis nietos. Desde entonces repartía su vida entre Cataluña y Asturias al pasar seis meses en su población natal y el resto del año en Oviedo. Presidió la Cofradía del Cava varios años y fue miembro de la Asociación de Enólogos de San Sadurní de Noya. Desde 2013 fijó su residencia definitiva en la capital asturiana donde fue muy conocido por la distribución de cava.

Llucià i Arnal fundó su propia empresa de elaboración artesanal de cava a la que bautizó con su apellido. En una conferencia en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA hace unos años, dio varios consejos sobre la fabricación y consumo del vino espumoso entre las que se encontraba una correcta fermentación, beber el cava a una temperatura de seis a siete grados siempre en copa tipo tulipa o flauta, o descorcharlo girando la botella y no el tapón.

La capilla de Los Arenales acogerá hoy, a las 13 horas, una celebración de la palabra por el enólogo fallecido.