A Mercedes García se le agotó la paciencia la semana pasada. El lunes encontró heces caninas en el bordillo de su peluquería, casi dentro del establecimiento, y llamó a la Policía Local después de deshacerse de la deposición y pasar la fregona. Pidió más vigilancia en el barrio para evitar que "las calles se conviertan en un campo de minas" y solicitó permiso para instalar una cámara de vigilancia que le permita "pillar a dueños maleducados de perros". El protocolo para estos casos le obligó a ponerse en contacto con la Policía Nacional y ahora está a la espera. Aunque no está quieta.

La peluquera hizo un cartel que luego distribuyó por la zona. "Los vecinos de la Argañosa pedimos a las autoridades vigilancia y tolerancia cero para los dueños de los perros que no recojan los excrementos". Por el momento la medida ha dado sus frutos y Mercedes no ha vuelto a torcer el gesto o taparse la nariz al entrar al trabajo. Pero lo mismo le ocurrió en diciembre cuando puso un aviso similar en el escaparate. "Al dueño del perro que hace las cacas delante de mi negocio: está en su mano solucionarlo recogiéndolo o llevándolo a su portal. Si no es así, llevaré a analizar los excrementos. Sólo pido civismo".

En aquella ocasión, primero alertó a los trabajadores del servicio municipal de limpieza, pero lo único que podían hacer por ella era retirar los excrementos con máquinas a presión antes o después del horario de apertura de la peluquería. Eso y darle ánimos porque "era u n problema de difícil solución". Luego pensó en ir a la policía, "pero no sabía a quién denunciar". El cartel disuasor fue efectivo unos meses y luego volvió a sufrir el calvario de las heces caninas. Ahora asegura que tiene "regalitos de perros" periódicamente y que el de hace una semana fue "horroroso y más cerca que nunca de mi peluquería".

Los vecinos y comerciantes del entorno han acogido bien la nueva iniciativa de Mercedes pese a que hay alguna que otra persona que no está de acuerdo porque, según la peluquera, temen que les reste clientela.

El problema de las deposiciones de los perros es uno de los principales temas de conversación en la peluquería, un establecimiento que Mercedes abrió en 2011 tras coger un traspaso y demostrar al público sus treinta y siete años de experiencia en lavar, marcar y peinar. La peluquera repite que "es una vergüenza que haya personas incapaces de doblar la espalda para recoger lo que ha dejado en el suelo su perro y que no se den cuenta de que su propia madre podría resbalar y romperse la cabeza, su hijo podría botar encima una pelota y llevarse la mano a la boca, o que al rato, al pasar con el carro de la compra, se puede llevar la mierda a su casa de recuerdo". Las clientas asienten. A más de una le ha pasado algo parecido en los últimos días al pasear por las calles de la Argañosa.

Mercedes aclara que le gustan los animales, de hecho tiene un gato, pero que los que realmente deberían aprender a comportarse "son ellos y nos sus perros".