Por si alguien todavía lo pone en duda, los masones no son "bichos raros", no esconden "nada extraño" y simplemente se consideran "personas totalmente normales" que pretenden "mejorar como ciudadanos a través de la formación y el conocimiento". Así lo explicó ayer Paloma Fernández, "la venerable maestra" de la respetable logia "1850 Progreso", la logia mixta que lleva diez años funcionando en Oviedo. Precisamente lo hizo durante los actos de celebración del décimo aniversario del colectivo, un evento que tuvo lugar en el Auditorio Príncipe Felipe.

"Hay muchos mitos sobre la masonería, pero nada más lejos de la realidad. Hay algunos hermanos que todavía esconden su condición por intimidad y discreción, pero como se puede comprobar en este acto hay otros muchos que estamos orgullosos de ser masones y lo decimos sin problemas porque no hacemos nada malo", explicaba Pedro José Vila, uno de los fundadores de la logia con sede en Oviedo, que actualmente cuenta con 26 miembros. "Tenemos gente que va desde los 27 años hasta los 70. Para ser miembro de nuestra logia sólo se pide que la persona sea libre y honesta", señala Vila.

Y es que, según sostiene, "no se exige un nivel económico determinado, ni se pregunta a qué partido se vota en las elecciones para ingresar en la masonería, sólo querer mejorar como uno mismo y a su vez tratar de mejorar la sociedad". Para los que piensan que la masonería es una especie de secta, Pedro José Vila también tiene respuesta. "Les diría a todos ellos que de una secta es muy difícil salir y que lo difícil de la masonería es entrar".

La jornada de ayer en el Auditorio comenzó con la charla de la profesora Almudena Hurtado, que disertó sobre su libro "La fantasía de la individualidad". Hurtado trató de explicar cómo se fue construyendo la identidad personal a lo largo de la historia y por qué se hizo de forma distinta en hombres y mujeres. También se entregaron los premios "Progreso" a asociaciones y entidades "por su colaboración a la mejora de la sociedad". En esta ocasión fueron para la escritora Ana Vanessa Gutiérrez y para la asociación "Rastru", que promueve un sistema económico alternativo basado en intercambios libres de bienes y servicios entre personas, empresas o asociaciones sin necesidad de dinero.