El ministerio público solicita una pena de dos años y tres meses de prisión para los cuatro implicados en una pelea con palos de billar y otros objetos registrada a las puertas de un bar de la calle Isla de Cuba, en las cercanías del campus del Milán, en la madrugada del pasado domingo 23 de octubre. El juicio tendrá lugar esta mañana en el Juzgado de lo penal número 4 de Oviedo. Los implicados son dos colombianos y dos ecuatorianos que se enzarzaron a golpes, utilizando como armas botellas, palos y bolas de billar y otros elementos contundentes que encontraron a mano en el interior del establecimiento hostelero. La Policía Nacional intervino cuando estaban en plena calle, deteniéndolos a todos por su participación en esta bronca tumultuaria.
La trifulca comenzó en el interior del establecimiento, por razones que no han trascendido, y acabó en la calle. Los agentes de la Policía Nacional llegaron al lugar del suceso poco antes de las cinco de la mañana y allí se encontraron a los protagonistas de la pelea. A consecuencia de los golpes, los participantes en la riña presentaban lesiones de diversa entidad aunque, según fuentes policiales, ninguna de ellas de gravedad.
El fiscal Enrique Valdés-Solís considera los hechos como un delito de lesiones, por el que solicita dos años y tres meses a cada uno de los implicados. Subsidiariamente califica los hechos como un delito de riña tumultuaria, por el que pide un año de cárcel a cada uno de los implicados.
Los palos que se metieron tuvieron sus consecuencias. N. A. Q. C. sufrió dos heridas en la zona parietal superior derecha y una herida en la región frontal, que requirieron de asistencia y tratamiento quirúrgico. También requirió puntos E. B. G., con policontusiones y herida inciso-contusa en la región frontal izquierda. El ministerio público solicita que los cuatro paguen los gastos generados por estas asistencias sanitarias en el Hospital Universitario Central de Asturias.
En el juicio, que tendrá lugar a la una de esta tarde, los acusados estarán defendidos, entre otros, por el letrado Fernando de Barutell.
