Como una esclava. Una marroquí comparece hoy ante la sección tercera de la Audiencia para responder de la situación de sometimiento que impuso a su sobrina durante año y medio. La acusada, siempre según el fiscal, trajo a su familiar a Oviedo con la promesa de que la ayudaría a regularizar su situación. En cambio, la obligó a realizar gratis todas las tareas del hogar, sin remuneración alguna y sin poder salir de casa.

En 2011, la acusada fue a Francia, a Nimes, donde vivía su sobrina en situación irregular. La mujer le ofreció venir a España, ayudarle a buscar trabajo y conseguirle que regularizase su situación. La sobrina, que carecía de cualquier ingreso y necesitaba ayuda para subsistir, aceptó. A principios de diciembre de 2011, ambas viajaron a Oviedo en autobús y se instalaron en casa de la acusada.

La acusada, aprovechando que su sobrina no tenía apoyo alguno ni conocía el idioma, la obligó a hacerse cargo de todos los trabajos del hogar, de cocinar, y del aseo y cuidado de sus dos hijos de 2 y 6 años, todo ello sin cobrar y sin dar ningún paso para regularizar su situación. También controlaba sus salidas a la calle, impidiéndole hacerlo si iba con ella, con el pretexto de que la Policía la expulsaría.

La acusada la amenazaba reiteradamente con avisar a las autoridades para que la extraditasen, cada vez que la sobrina trataba de reclamar que le buscara trabajo o le permitiera aprender español. La situación duró año y medio y terminó cuando la acusada la echó a la calle y trató de que ninguna persona le diese cobijo. Los hechos fueron denunciados el 10 de junio de 2015, cuando la sobrina fue retenida por la Policía para identificación en la calle Uría. La Fiscalía pide 5 años de prisión por trata de seres humanos y 6 meses por un delito contra los derechos de los extranjeros, así como una indemnización de 12.000 euros.