"¿Qué hacía una niña de 12 años en un botellón consumiendo alcohol?". Es la pregunta que se hace el fiscal de menores de Asturias tras la muerte de una niña en Madrid a causa de un coma etílico. Jorge Fernández Caldevilla asegura que se necesitan más medidas de control y educación por parte de los padres y recuerda que según las informaciones publicadas no era la primera vez que esta niña había abusado del alcohol.

"En Asturias hemos tardado mucho en incrementar la edad de mínima de consumo a los 18 años, hace poco más de un año era lícito el consumo desde los 16 años", afirmó Caldevilla a este periódico antes de su visita del lunes al Club Prensa Asturiana. El fiscal insiste en que hay que incidir en las políticas de educación y prevención sobre todo a edades muy tempranas. "El problema del consumo abusivo de alcohol no se produce a los 18 o 19 años, sino a los 13 o 14, cuando no se tiene conciencia del peligro, no se sabe beber y se hacen apuestas ridículas para ver quién es capaz de beber más".

Caldevilla insiste en las políticas educativas porque el control de la venta de alcohol en los bares y supermercados es complicado. "Estamos en una sociedad en la que el acceso al alcohol es muy fácil y suele ser habitual que en los grupos haya alguien mayor que compre para todos", añadió.

Destaca también el fiscal la importancia de la actuación policial en cuanto se detecta un botellón. "Hay que identificar a los menores y comunicarlo a la fiscalía si se encuentra a alguno en estado de embriaguez porque se abren diligencias para ver si es necesario tomar medidas de protección". Las normativas municipales en esta materia son suficientes "siempre que se cumplan", concluyó Caldevilla.