"Al principio eran goteras. Ahora ya son boquetes por los que cabe un paisano". Así de descriptivo se mostraba ayer un usuario del Asturcón sobre el estado que muestra el centro hípico seis meses después de que el tripartito diera por concluida la actividad equina en el que fue uno de los proyectos estrella del gabinismo. Desde entonces, desde el 1 de mayo, los propietarios de caballos que tenían estabulados en El Asturcón sus animales han ido emigrando hacia mejores latitudes. Sólo resisten siete caballos, a cuyos dueños, y en voz baja, desde el gobierno local se les tacha de okupas. Los dueños de los caballos lo niegan tajantemente. Unos alegan que en otros centros hípicos de la región -Gijón, Avilés...- ya no hay plazas. Otros, simplemente, no pueden asumir los gastos.

Mientras, y según denuncian desde varios frentes -nadie quiere dar su nombre para evitar, dicen, represalias- el Ayuntamiento se ha afanado en estos seis últimos meses en vaciar el centro. Uno de los últimos usuarios en ser desalojados lo fue, siempre según los denunciantes, aprovechando que sacó a su caballo para participar en una competición. Una vez fuera fue avisado de que no podría volver a entrar.

En paralelo, el Ayuntamiento ha ido tomando medidas como soldar los cerrojos de los boxes vacíos o acortar los horarios de entrada y salida del hípico. "Esto impide cuidar correctamente a los animales. Muchos ya tienen problemas musculares y acabarán enfermando", advierten. Y con un mantenimiento de mínimos, ya se han producido goteras en los boxes (hay 240) y muchas de ellas han acabado por hundir parte de la cubierta de las naves.

"El hípico muestra síntomas preocupantes de abandono", denuncian los usuarios, que también advierten de que desde el Ayuntamiento se han "olvidado" de vigilar de que se mantengan medidas de seguridad básicas. Principalmente, afirman, hay zonas de los boxes de los que han desaparecido de los extintores. Y los que quedan, deberían haber sido revisados en agosto de este año, tal y como exige la legislación.

Mientras, la entrada y salida del hípico ya no es supervisada como sucedió durante las primeras semanas por la Policía Local. Los usuarios denuncian que por las mañanas y las tardes se encargan del control de los accesos operarios de un plan de empleo social. Esto, siempre según los denunciantes, ya ha causado momentos de tensión entre los operarios y los usuarios ya que los primeros "han llegado a exigir el DNI, algo que no pueden hacer". Por las noches, y para evitar robos y actos vandálicos, El Asturcón es tutelado por una empresa de seguridad privada que se paga con fondos del Ayuntamiento.

Al mismo tiempo, un grupo de usuarios se mantiene a la expectativa de lo que suceda en los juzgados una vez que llevaron por la vía de lo contencioso-administrativo una petición para que los jueces paralizasen el cierre del Asturcón. En primera instancia, los jueces se negaron a aplicar una medida cautelar que pusiera en espera el cierre de la instalación. Esta negativa ha sido recurrida ante la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA). A la espera de la decisión del tribunal, El Asturcón languidece.