El ovetense Anthony Blake presenta en la ciudad su último espectáculo, "Más allá de la imaginación". El mentalista avanza que será "una vuelta a los orígenes" y a la improvisación y que está inspirado en el jazz. "Durante los diez o quince primeros minutos veo qué le gusta a la gente y a partir de ahí el espectáculo toma una deriva u otra", explica.

El artista llegó ayer a Oviedo, donde no había regresado desde el fallecimiento de su madre, y echando mano de sus dotes de mentalista se animó a opinar sobre el futuro de los dos grandes equipos de la región. No hizo grandes revelaciones: "El Oviedo va muy bien y tiene muy buena pinta y al Sporting le falta fe, si me necesitan para que les de una charla de motivación que cuenten conmigo", se ofreció. Blake se dedica ahora a dar talleres de motivación personal y para hablar en público, una experiencia que, por lo que cuenta, le resulta de lo más gratificante.

Con 33 años de tablas, Blake está de sobra autorizado para sentenciar que "el 80 por ciento de la gente que viene a un espectáculo de magia no tiene interés en descubrir el truco". Él simplemente invita a su público a "un mundo completamente diferente". Blake abomina de la televisión, llena de lo que él llama "basurilla", y contempla esperanzado como florecen las veladas de magia en los locales de la capital. "En Madrid está funcionando la magia de nuevo", cuenta.

En el 2002 adivinó el número ganador de la lotería de Navidad y esa hazaña le precede aún por donde va. "Fue la mejor campaña de publicidad", reconoce. Hoy, a las ocho y media de la tarde, se le puede ver en el Filarmónica.