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Los cultivos del Paraíso

Larga vida al rey de los parques

Un castaño de Indias en un parque.

Tras la ventana observaba a los viandantes. Sentía algo de envidia por aquellas persona que caminaban ágiles; cada día se le hacia más difícil salir, las interminables escaleras eran un calvario. Y al irse el verano era aun peor, las salidas se reducían. El consuelo era observar por aquella ventana como el mundo seguía moviéndose.

Para estar en una ciudad no eran del todo malas las vistas. Justo casi enfrente había unos castaños de indias inmensos, que al llegar el otoño y con cada golpe de viento tiraban las castañas al suelo, a veces coincidía alguien debajo. Una de las salidas obligadas era en estos días, pues hacía años alguien le había comentado que si llevaba una castaña pilonga en el bolsillo sus dolores desaparecerían.

De nombre científico, algo difícil de pronunciar, Aesculus hippocastanum, es más conocido como castaño de Indias o falso castaño. En el mundo de la botánica recibe ese nombre debido a que sus frutos eran usados como alimento para caballos. Originario de Europa del Este y Asia, se ha introducido en diferentes partes del mundo adaptándose sin inconveniente a climas muy variados, llegando a ser en un clásico en nuestros jardines, parques y paseos. Prefiere los climas templados, pero su resistencia al frío y las heladas hacen del castaño de indias un árbol que podamos encontrar en prácticamente cualquier lugar. Y si el clima no es un problema el suelo lo es aun menos, no es nada exigente y crece en cualquiera. Suele llegar a alcanzar un mínimo de unos quince metros; es de gran porte. Las copas frondosas, al llegar el otoño poco a poco van despidiéndose de sus hojas y permanece desnudo hasta llegar la primavera. Es un árbol que prefiere estar en lugares soleados, aunque esto puede tener una pequeña consecuencia ya que en verano si la tierra se seca demasiado y esta muy expuesto al sol, puede ocurrir que las hojas se empiecen a poner marrones y lleguen incluso a caer, por lo que un riego moderado manteniendo un poco la humedad es ideal.

Por esos motivos y muchos otros el castaño de indias se ha convertido en un clásico de nuestros jardines, sus flores y posterior fructificación hacen de él un árbol con un gran valor ornamental. Sus flores de color blanco o rosa, forman racimos que posteriormente darán lugar a frutos espinosos que al irse abriendo albergan en su interior dos o tres semillas, conocidas como castañas pilongas.

Los castaños de indias son fáciles de reproducir mediante semillas o esqueje. Si se opta por la semilla antes de colocarla en la tierra, tiene que sufrir durante unos meses bajas temperaturas, esto se consigue guardándolas en el frigorífico, pasado ese tiempo ya estarán listas para germinar. Es interesante a través de una semilla, pero es un proceso demasiado lento para aquellos que son ansiosos. En ese caso está el esqueje, cortando una pequeña rama semileñosa, en una mezcla de turba y arena a partes iguales en poco tiempo estará enraizado. Da igual por que proceso se decidan, pero anímense pronto que es a finales de otoño cuando debe hacerse, no hay tiempo que perder. Las plagas y enfermedades no van con él, nos podemos encontrar algún minador en las hojas, pero nada grave.

No se si realmente eso de la castaña en el bolsillo seria efectivo, pero sí que están más que demostrados otros múltiples beneficios. La castaña ha de recolectarse ahora, y dejar secar en un lugar soleado, la corteza se recoge en primavera y a diferencia del fruto hay que secarla a la sombra. Si por algo es popular el castaño de indias es por sus propiedades que ayudan al sistema circulatorio, en especial a personas con varices y encuentran en este árbol una solución más natural, incluso para retrasar su aparición. También sirve para tratar problemas de próstata, hemorroides y diarrea. Ha llegado a utilizarse para combatir la malaria y contra la artritis y la artrosis.

También se utiliza en la composición de muchos productos se utiliza, como champús y jabones. De momento probaremos con llevar una castaña pilonga en el bolsillo, a ver si es verdad que nos ayuda a calmar los dolores y el cansancio que nos ocasiona la vida moderna.

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