El otoño y los cambios de temperatura afectan también al mundo animal. Los perros, al igual que sus dueños, pueden cogerse un buen resfriado.
Los catarros en los canes son fáciles de identificar ya que son similares a las de los humanos. Estornudos, mucosidad, inactividad, pérdida de apetito, tos, y dolor de cabeza son síntomas de que su mascota se ha resfriado.
Para evitar que su amigo enferme es aconsejable evitarle los cambios bruscos de temperatura y protegerle del frío y la humedad. Aún así, por muchos cuidados que se tengan es muy habitual que los peludos se cojan un resfriado de vez en cuando.
Afortunadamente siguiendo una serie de pasos los canes volverán a estar al cien por cien en pocos días.
Mantener la hidratación. El animal debe disponer siempre de agua fresca. Esto le ayudará a diluir la mucosidad y para estar bien hidratado.
Reducir su actividad física. Es probable que cuando un perro esté resfriado se encuentre más cansado y aletargado. Procure darle paseos cortos en las horas de menos frío y abríguelo. De vuelta a casa, en los días de lluvia, séquele bien para quitar la humedad del pelo.
El vapor le ayudará a respirar. El vaho caliente del agua ayudará a su mascota a respirar. Una forma sencilla de hacerlo es encerrarlo en el baño y abrir el grifo del agua caliente durante unos minutos.
Ambiente tranquilo. Al estar enfermo su perro necesitará descansar más. Puede facilitarle ese descanso ofreciéndole una mantita o colocando el cuenco del agua y el pienso cerca de su cama.
Facilite su alimentación. Puede que la mascota pierda el apetito. Para motivarlo y así reponer líquidos y energía, puede hacerle un caldo de pollo caliente para que mejore, o arroz integral hervido.
