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Tras las huellas de los dinosaurios en la costa oriental (Y II)

Sorpresas a los pies del mar

El recorrido por la costa jurásica atraviesa enclaves como la playa de Merón, el puerto de Tazones y los acantilados de Oles

Sorpresas a los pies del mar

La ruta jurásica a través de la costa asturiana prosigue hacia Huerres y se desvía iniciando una ligera subida primero para internarse en el monte de eucalipto de la Villeda. Allí la pendiente se incrementa hasta llegar a la parte más alta, para después ir bajando con fuerte desnivel.

En esta bajada nos encontramos con un cruce con una indicación a la derecha que lleva a Los Miradores . No tiene salida y obliga a regresar, por tanto, no merece la pena realizar la visita, ya que los eucaliptos impiden la visión en la denominada Punta Penote.

Así que continuamos descendiendo por el camino de la izquierda, cuando de repente, entre los eucaliptos asoman Lastres y el Cantábrico. Estamos ya casi junto al mar nos encontramos con una desviación a la derecha, que nos lleva a un mirador con paneles explicativos, sobre la huellas de los dinosaurios.

El nacimiento de unas huellas milenarias. El proceso de fosilización comienza cuando los restos de un ser vivo son cubiertos por sedimentos. Con el tiempo, los materiales originales que componían la estructura (las partes que llegan a fosilizarse, en general, son las duras, como huesos o dientes) van siendo reemplazados por minerales del suelo, sin que se altere la forma inicial.

Un fósil es, por lo tanto, un modelo hecho de roca de una estructura que alguna vez perteneció a un ser viviente. En casi todos los casos, los restos de animales y plantas son rápidamente consumidos por los animales carroñeros, descompuestos por las bacterias y hongos que habitan el suelo, o desintegrados por el viento o el agua. Por eso, los fósiles encontrados representan una proporción muy pequeña de los organismos existentes en un período de la historia de la Tierra.

Hacia la playa de La Griega. Continuamos por el camino hasta la playa de La Griega, donde podemos finalizar el recorrido. Si queremos seguir la senda hay que ir por la margen derecha de río, donde encontramos un panel sobre las leyendas y mitologías asturianas que dice lo siguiente: " En Llastres se mantiene viva la leyenda de La Griega o Astura, una chica aborigen que vivía cerca del río que ahora en su recuerdo lleva su nombre, el río Astura, que desemboca en la playa del Astillero (llamada playa de Llastres). Junto a esta playa y río fondearon para hacer la aguada hace más de dos mil años, unos navegantes que venían en búsqueda de las Islas Casitérides, buscando magnetita. Un joven efebo, saltó a la playa con sus compañeros, y Astura quedó prendada de él. Durante varios días vivieron una historia de amor por aquellas playas. Pero el efebo y la tripulación tuvieron que levantar anclas y marchar. Nunca más volvió. A la pobre Astuera, comenzaron a llamarla 'La Griega'. Rota y desolada tuvo que soportar ser sacrificada por sus vecinos que nunca comprendieron aquel amor. En su recuerdo la playa de Colunga se llama Playa de La Griega, y al río de la Playa el Astillero, se le denomina Río Astura".

Rumbo al palacio de Duz. Siguiendo por el camino nos encontramos seis paneles que hacen referencia a los mitos asturianos. Pasamos por la Riestra, donde encontramos un camino asfaltado, tras ignorar todos los desvíos que nos salgan a la derecha. Llega un momento en que vemos enfrente el palacio de Duz. Seguimos por el camino asfaltado de la izquierda, que deja a la derecha una pared de piedra. En el primer cruce que nos encontramos seguimos por la derecha hasta llegar al próximo cruce donde vemos enfrente la Iglesia de San Juan de Duz. Aquí giramos a la izquierda hasta llegar a Huerres donde vemos un magnifico potro para herrar los animales y dos bonitos hórreos a la izquierda.

En busca del acantilado. Desde aquí nos internamos en el pueblo hasta encontrar una señal que nos indica el camino hacia el acantilado. Lo seguiremos por encima y regresamos a La Isla por el camino andado al principio. A lo largo del recorrido podemos ver y escuchar el canto de pájaros como petirrojos, jilgueros, carboneros y verderones.

Parada en el Museo del Jurásico. Resulta ineludible una visita al Museo del Jurásico, en la rasa de Berbes. Entre las actividades complementarias a la ruta también se encuentra el recorrido por otros yacimientos de icnitas de la Costa de Los Dinosaurios en la playa de Merón, el puerto de Tazones (de plena actualidad por el anuncio de la lotería de Navidad) y los acantilados de Oles, en Ribadesella. Otra de las cosas que hay que hacer es ver con detenimiento el pueblo pesquero de Lastres.

Los antiguos amos del mundo. Los dinosaurios fueron los amos del mundo en el período del mesozoico hace 160 millones de años . La palabra dinosaurio viene del griego y significa "lagarto terrible". El científico Richard Owen fue quien empleó el término en 1841, porque para él eran enormes lagartos que le infundían respeto y admiración. Los mayores entre ellos fueron los animales más gigantescos que jamás existieron sobre la tierra. Los dinosaurios tuvieron que adaptarse a días de sol abrasador y a noches de gélida oscuridad. Han sido los seres vivos que más tiempo han dominado el planeta con diferencia.

Tamaños diversos. Una de las características que tenían los dinosaurios era la diversidad de tamaños. Podías encontrarte desde diminutos ejemplares hasta auténticos gigantes, carnívoros, omnívoros o herbívoros. Otro dato curioso es que no tenían sus patas en los lados del cuerpo como la mayoría de los reptiles actuales, sino que las tenían debajo del cuerpo, algo parecido a los mamíferos que nos encontramos hoy. Todo esto demuestra que la evolución estaba actuando en consecuencia para perfeccionar los seres vivos del aquellos momentos. El fin de la era de los dinosaurios fue una época de gran actividad volcánica.

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