Los primeros en llegar lo hicieron de la mano de sus padres, quienes no quisieron perderse la fiesta. Y pronto se les fueron uniendo el resto de sus compañeros de colegio. En total, 795 alumnos del Amor de Dios de Oviedo tomaron en la mañana de ayer la plaza de la Catedral, donde toda la comunidad educativa participó en una eucaristía para celebrar la Niña María. En total, familiares, antiguos alumnos y profesores incluidos, fueron casi un millar las personas que se reunieron en una jornada que sirvió de clausura a los actos de celebración del 50.º aniversario de la institución.

Los más pequeños, los niños de Infantil, cogieron el autobús y llegaron los últimos. Para cuando se presentaron, sus compañeros de Primaria, que llegaban desde el aulario de Pumarín de la mano de alumnos de ESO y Bachillerato, jugaban ya unos con otros en la plaza. "Les gusta que los mayores les hagan caso, les hace sentir importantes. Luego se crean vínculos y se ven en el recreo", explica María José Ardura, directora pedagógica de Secundaria y Bachillerato.

"El día de hoy se lo toman como una auténtica fiesta. Es como un cumpleaños", resalta Ardura. Y las velas las soplaba un colegio "encantado de conseguir que los valores humanistas y cristianos tengan cabida en la sociedad". Para celebrar la ocasión se pensó en un primer momento en realizar una coreografía pero las malas previsiones meteorológicas, que finalmente no se cumplieron, frustraron el intento. Pero la fiesta no paró. Se repartieron chucherías a los niños y de vuelta a las aulas no hubo lecciones. Se sustituyeron por actividades como una serie de juegos asturianos que pusieron la guinda a la fiesta Una jornada en la que muchos recibieron un clavel y un sobre con una dedicatoria que los alumnos de Bachillerato vendían por un euro y que sirvió para hacer aún más especial el día.

Todo un detalle para las bodas de oro de un colegio que se instaló en el barrio de Pumarín en 1966. Desde entonces han pasado miles de niños. Muchos de ellos son ya padres de una nueva generación de pupilos, que el pa sado sábado pasaron por el colegio, se sentaron después alrededor de una mesa para comer y recuperar recuerdos. Otro de los actos de celebración del medio centenar de años que ha involucrado al claustro, la congregación y los estudiantes. Los de ayer y los de hoy. La concentración que se formó ayer en el corazón de Oviedo fue digna de la mejor fiesta de cumpleaños y llamó la atención de los viandantes. El Amor de Dios al completo posaba para la foto conmemorativa y muchos se pararon intrigados para conocer el motivo que había llevado tal muchedumbre a la plaza. Y la directora pedagógica espera seguir educando y repitiendo fiesta en el futuro: "Ha habido momentos difíciles pero esperamos aguantar otros 50 años".