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El líder vecinal más joven promete "una política distinta en Santullano"

Pelayo Rodríguez, de 20 años, preside la nueva asociación de un barrio que "está totalmente abandonado"

Pelayo Rodríguez, en el parque de la iglesia de Santullano. MIKI LÓPEZ

Pelayo Rodríguez es el presidente de la nueva Asociación de Vecinos de Santullano, que está enmarcada dentro de la Federación General de Asociaciones de Asturias. Su presidente, con tan sólo 20 años, es el más joven del movimiento vecinal ovetense, y desembarca en él con "muchas ganas de trabajar por el barrio", segura decidido a LA NUEVA ESPAÑA.

Estudia Comercio y Marketing en la Universidad de Oviedo y no duda en afirmar que está dispuesto a batallar lo que haga falta para mejorar Santullano, que, a su juicio, "está totalmente abandonado por el Ayuntamiento".

Para empezar cuenta ya con el respaldo de casi un centenar de vecinos, "que apostamos por hacer día a día una forma distinta de política en el barrio". Está convencido de que en poco tiempo serán muchos más los vecinos que se irán sumando a este colectivo.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Santullano explicó a este periódico que decidió dar este primer paso en el movimiento asociativo "porque veía que en otros barrios de Oviedo las asociaciones vecinales son muy activas, y gracias a sus reivindicaciones están obteniendo respuesta a sus problemas. Mientras tanto, en el olvidado Santullano los problemas no sólo no se solucionan sino que aumentan cada día que pasa".

Pelayo Rodríguez advierte también que su desembarco en este colectivo es para implicarse a fondo en todos los problemas del barrio, especialmente en los que considera que necesitan una urgente solución, "para que el día menos pensado no se produzca alguna tragedia".

¿Una exageración? Pone dos ejemplos para demostrar que no es así y que, a su juicio, son para poner los pelos de punta. "En la plaza de Santullano hay unos cimientos de un edificio que no están vallados en su totalidad. Queda un hueco de metro y medio de largo por donde puede caer cualquier persona que se despiste desde una altura de tres metros. Los niños son los que más nos preocupan porque no miden el peligro, igual que algunos ancianos. Para empeorar aún más las cosas, este lugar hace también las veces de basurero".

Pero es que aún hay más peligros en el barrio como éste o aún mayores, insiste el representante vecinal. "La valla de la autopista está rota a la altura de la iglesia de San Julián y de los Prados. No quiero ni pensar que alguien la pueda pasar consciente o inconscientemente, o incluso un perro".

¿Y las comunicaciones? En este sentido, Pelayo Rodríguez explica que son muchos quienes piden que aumente la frecuencia de la línea D de autobús, porque unos autobuses pasan cada cuarto de hora y otros cada media hora, y los vecinos se quejan de que están todos muy saturados. Otro de los caballos de batalla de los vecinos de Santullano es el problema que se encuentran para aparcar sus vehículos a cualquier hora del día, sobre todo en las calles de Fernández Ladreda y Bermúdez de Castro. "Conseguir aparcar es prácticamente imposible, y por eso muchos vecinos, cansados de dar vueltas, ya van directamente al aparcamiento del centro comercial del barrio. Pero esto lógicamente no es una solución, y por eso pediremos al Ayuntamiento que busque alguna", insistió el representante vecinal, que niega que el colectivo al que representa esté encasillado en algún partido político.

"Todos sabemos que se acostumbra a relacionar, sobre todo en el movimiento vecinal, a las asociaciones con determinados partidos políticos, pero nosotros como asociación somos totalmente independientes. Luego cada uno pensará como quiera, faltaría más, pero eso no es cosa de nuestro colectivo", explica con determinación.

Siguiendo en la línea, Pelayo Rodríguez reconoce que le gustaría que las relaciones que mantiene hasta ahora la federación a la que pertenece la Asociación Vecinal de Santullano con el tripartito "fueran mejores que en la actualidad".

¿Cómo le gustaría que fueran? "Preferimos que no digan a todo que sí y que se comprometan de verdad en lo que pueden hacer. Nuestro barrio es difícil que vaya a peor".

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