El Lorenzo Novo Mier fue el primer colegio urbano del Principado en poner en marcha una compostadora. El proyecto arrancó en marzo del presente año con 19 familias involucradas y va viento en popa. "Cada 15 días pasan los operarios de Cogersa y nos han dicho que el compost es de bastante calidad", destaca Patricia García, presidenta de la AMPA. Lo han empleado ya para plantar unos fresnos en el centro y los alumnos colaboran con el buen funcionamiento del proyecto. "En la semana de la fruta, los niños me acompañaron a dejar allí los restos", apunta María Milagros Navarro, coordinadora de Salud del centro. Otra actividad más en favor de la protección del medio ambiente de la que el colegio hace bandera. Y para que nadie se despiste, además, en el Lorenzo Novo Mier funcionan las "brigadas ecológicas". Durante el recreo se encargan, por ejemplo, de que todos los alumnos, 450 entre Infantil y Primaria, tiren la basura en el contenedor adecuado. Pero su labor va más allá de los deshechos. "Es un trabajo del día a día", apunta Navarro. Vigilan también que las luces no se queden encendidas e informan de la existencia de algún grifo o cisterna que pierde agua.