Gabriel Ordás acaba de terminar el grado medio de violín en el Conservatorio Profesional de Música de Oviedo, estudia piano y composición, y ha estrenado varias obras. A sus 17 años "recién cumplidos" habla con madurez y las ideas claras antes de recoger el premio fin de grado. "Quiero dedicarme al mundo de la música, quizás como director". Es uno de los siete galardonados que ayer recibieron la distinción que los acredita como los mejores instrumentistas de su nivel en el centro: el propio Gabriel, Xulián Suárez (clarinete), Carlos García (órgano), Rubén Díaz (percusión), Juan Ainvar Fernández (guitarra), Javier Menéndez (gaita) y Santiago Ruiz de la Peña (violonchelo). A excepción de Carlos -que estaba de viaje- todos recogieron su distinción de manos del director del centro, Santiago Ruiz de la Peña (padre del violonchelista), y recibieron una ovación. Su denominador común, además de la música, es que tienen menos de 30 años.

Algunos compatibilizan los estudios musicales con los de bachiller y el resto trabaja. Xulián, de 18 años, sueña con entrar en una orquesta. Rubén, de 29, imparte clase en la Escuela de Música de Infiesto. Juan, de 19, también es profesor en una academia infantil y hace alemán en la Escuela Oficial de Idiomas. A sus 22 años, Javier dirige la Banda de Gaitas "Villa de Avilés" y compagina la actividad con sus estudios de Ingeniería Civil en Mieres. Y a Santiago, que tiene 17 años, le gustaría matricularse en Musicología. Para eso ensaya "más de cuatro horas al día, incluso más los fines de semana", igual que el resto de sus compañeros.

El acto de entrega de los premios contó con la actuación al piano de Álvaro Rodríguez y Paula Raposo, que interpretaron piezas de Messager, Glentworth o Sarasate, entre otros.