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Ojos azules, una mutación exitosa

Todos los seres humanos con iris azulados descienden de un ancestro común que vivió en el Cáucaso hace más de 6.000 años, en el Neolítico

Unos ojos de mujer, observando el ordenador. REUTERS

Los individuos con ojos azules son descendientes de un ancestro común que vivió entre hace 6.000 y 10.000 años, en el Neolítico. Se cree que procedía del norte del Mar Negro, en la zona caucásica. Así lo determinó un equipo de investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), liderado por el profesor Hans Eiberg. Lo llamativo es que la mutación de una sola persona ha llegado hasta 150 millones de individuos con el paso del tiempo.

Es la melanina la que determina el color del iris y marcará en qué espectro se encuentra entre el marrón (el predefinido y natural para el ser humano) y el verde, pero no el azul. Se encarga de la producción de este pigmento el gen llamado OCA2, que también es el responsable del color del pelo y de la piel. Los investigadores, después de una década de estudio, determinaron que en la evolución humana se produjo una mutación genética que bloqueó la producción de melanina en los ojos y dio lugar a la aparición del azul. Lo sorprendente es que esta mutación tuvo lugar una única vez y en un solo individuo, pero fue transmitida desde entonces de generación en generación, hasta nuestros días.

Al tratarse de un gen recesivo, no fue hasta varias generaciones después cuando nació otra persona con los ojos azules. Los 150 millones de humanos que tienen el iris de ese color demuestran el éxito genético de aquella mutación, que se produjo en la zona caucásica, donde la población agrícola comenzó a emigrar hacia el norte y llegó a Europa. El mestizaje permitió que el azul dejara de ser un signo distintivo únicamente de esta raza.

Científicos del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, tras estudiar las cadenas de ADN de los restos arqueológicos hallados en La Braña-Arintero de León en 2006, llegaron a la misma conclusión que los investigadores daneses. Los catalanes determinaron que además de poseer el iris azulado, un rasgo propio de los pueblos escandinavos, el individuo encontrado tenía genes de piel oscura, distintivo de los originarios de África. Su genoma es de los más antiguos de los recuperados de la Prehistoria.

Los expertos determinan que sólo un 3% de la población mundial tiene el iris verde y el 10%, azul. La mayoría de estos últimos individuos proceden de Europa, principalmente de los países nórdicos y del Este, donde este color es más frecuente. La razón de que muchos bebés al poco de nacer tengan ojos azulados se debe a que todavía no han liberado por completo la proteína necesaria para producir melanina, cuya concentración es la que determinará finalmente el color.

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