Era de suponer que la niebla era densa, sin asomarse lo sabía, sus huesos doloridos hacían una previsión exacta del tiempo que tendrían los próximos días. Con calma se abrigó, era en estas ocasiones cuando sacaba del armario la pelliza marrón, le llegaba casi a la altura de la rodilla. En los pies unos calcetines gruesos de lana y unas alpargatas, eran lo más cómodo y caliente, pero para evitar mojarse y para andar mejor por caminos se puso las madreñas.
No había que caminar demasiado, lo justo para llegar a una mata de vilortas. Las fue cortando una a una y las apiló. Las ato con el cordel, las echo al hombro y se desvaneció entre la niebla. Había pocas cosas en el mundo que le pudieran entretener, y una de ellas era hacer cestas con vilortas. Se quito las madreñas y se sentó en un pequeño taburete que tenia en el patio, poco a poco fue dando forma a aquellas ramas.
Hizo una cesta grande, con mucho fondo y un asa en medio, la justa medida para recolectar setas, otra de sus grandes pasiones. Aficionado a la micología agarró el cesto, una navaja, y se aventuró en el bosque. No muy lejos había un pinar, que siempre, cuando era época, solía estar plagado de níscalos, todo un manjar para aquellos paladares que saben apreciarlo. Pero en esta ocasión alguien se le había adelantado, el cesto volvió vacío y él refunfuñando. Hacía días, había oído hablar de unos pinos que en sus raíces llevaban esporas de níscalos, y decidió comprarlos y plantarlos en el jardín, así nunca se quedaría sin setas.
Estos pinos pertenecientes al género "Pinus", que consta de muchas variedades, más de cien, típicos del hemisferio norte, con los años se han ido introduciendo en zonas más tropicales. Suelen adaptarse a cualquier tipo de suelo, pero si son sueltos mucho mejor, aguanta el frío y las heladas sin dificultad, necesita sol y mucha luz, y respecto al riego suele aguantar bien la falta de agua. La copa es de forma piramidal o redondeada, dependiendo de la variedad, y sus hojas, acículas punzantes, crecen agrupadas. La corteza algo escamosa se desprende del tronco, estando muy extendido su uso en jardinería como decorativa, en jardines o en la superficie de macetas, pues también evitará que salgan malas hierbas, mantendrá un poco más la humedad del terreno y evitara la erosión.
En función de la variedad podremos obtener otros usos; los hay que son grandes productores de resina, usada en perfumería, otros madereros, utilizados en carpintería, los piñones, que son comestibles, usados en gastronomía, y cómo no su función ornamental pues lo podemos encontrar en parques y jardines, de manera aislada o formando pequeños grupos.
Una de las plagas más peligrosas, no sólo para los pinos, sino también para otros seres vivos, es la procesionaria, una oruga muy dañina. En las puntas de las hojas forman unos bolsones que podemos eliminar de manera manual y quemar, para eliminar las orugas. Otro método mecánico es la colocación de unas trampas en el tronco, en las que las orugas van entrando pero no pueden salir. Los tratamientos químicos se han aplicado desde hace muchos años, sobre todo cuando la superficie afectada era extensa, mediante tratamientos aéreos. En la actualidad esto está prohibido, por lo que habrá que buscar solución por otro método. Los endotratamientos están en auge; consisten en hacer un pequeño agujero en el tronco del árbol e insertar una ampolla que poco a poco va liberando producto que pasa a la savia; no tengo muy claro hasta qué punto puede ser efectivo, ya que perforar el tronco puede ser sinónimo de puerta de entrada para hongos y otros patógenos. Otro método de control es el tratamiento con "bacillus thuringiensis", un insecticida ecológico muy efectivo.
En cuanto a su multiplicación, podemos germinar una semilla o hacer un esqueje; por ambos métodos conseguiremos nuestro ejemplar.
El esqueje tendría que ser leñoso y de una zona interior, prepararíamos un sustrato con arena y fibra de coco y en unos meses estaría listo. Mediante semilla es algo más lento. Suele tener más fracasos así que ármense de paciencia y no se desanimen nunca, que no merece la pena.
