La cifra de personas sin hogar en el municipio de Oviedo no ha variado de forma sustancial en los últimos años, pero sí se han observado algunos cambios cualitativos en este colectivo, entre ellos una mayor presencia de mujeres (aunque los hombres siguen siendo mayoría), más inmigrantes que llevan un largo tiempo sin techo, una menor movilidad de un lugar a otro, y una ligera reducción de la edad media del grupo, que ronda los 42 años.

Éstas son algunas de las líneas en las que evoluciona un colectivo humano de tamaño variable, que la socióloga Gema Martínez Gayo cifra entre 150 y 190 personas. "Hablamos de personas que duermen estrictamente en la calle o que utilizan algunos de los recursos del municipio habilitados para las personas sin hogar. En todo caso, siempre mayores de edad", explica Gema Martínez, quien ayer presentó en Oviedo una actualización de un estudio que ya había llevado a cabo en 2011, y que permite esbozar unas primeras conclusiones acerca de la incidencia de la crisis sobre un segmento de población altamente vulnerable.

Una primera observación: "El problema del 'sinhogarismo' es cada vez más heterogéneo, afecta a más capas de la población muy influidas por la crisis económica", subrayó la socióloga durante su intervención en la primera edición del Día de las Personas sin Hogar, organizada por el Ayuntamiento de Oviedo y celebrada ayer en el Auditorio Príncipe Felipe.

¿Qué nuevos perfiles se han incorporado al colectivo de los sin techo? "Ahora hay más inmigrantes que se han quedado sin trabajo y sin ningún ingreso, y que están muy condicionados por su situación administrativa; más chicos y chicas jóvenes que han estado en centros o presentan algún tipo de toxicomanía; más familias enteras que han sido desahuciadas y se han quedado sin hogar", enumera Gema Martínez, quien expuso estos datos ante un público compuesto principalmente por personas que se dedican a la atención de la exclusión social en el municipio ovetense. El acto fue presentado por los concejales de Atención a las Personas, María Luisa Ponga, y de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández.

La socióloga considera "preocupante" que aumente el número de mujeres sin techo. ¿Por qué? Entre otras razones, "porque, si tienen hijos, suelen ser ellas las que se hacen cargo de los pequeños; porque son más proclives a padecer varias patologías a la vez, a tener peor estado de salud que sus compañeros de los centros que están en su misma situación; y porque cuentan en menor número de casos con una persona a la que acudir en situación de necesidad, con lo cual se incrementa su vulnerabilidad".

Según la apreciación de Gema Martínez, basada en las valoraciones de los expertos, en Oviedo no puede hablarse de déficit de centros destinados a las personas sin hogar. "Manifiestan la necesidad de mejorar ciertos aspectos, pero no consideran que falten recursos", señala. Con todo, Gema Martínez advierte de que "siempre es necesario mirar al futuro y adelantarse, intentar prevenir. Este tipo de estudios busca detectar nuevas necesidades y abordarlas a tiempo". La estimación de 150 a 190 sin techo abarca "personas con distintos grados de exclusión social", y es una cifra que "puede variar de unas épocas a otras". Como consecuencia de la menor movilidad, del mayor sedentarismo, "utilizan mayoritariamente los recursos de Oviedo, y eso favorece llevar a cabo procesos de prevención y de incorporación social".