Lo que cuenta Pilar Tena en "La embajadora" lo ha vivido, no todo, pero sí buena parte y discernir entre lo real y lo imaginado puede resultar un juego interesante. Eso piensa la autora, que presenta su primera novela hoy en Oviedo -a las siete de la tarde en la librería Cervantes- y que ha elegido Asturias como escenario de sus primeras páginas. Hija y esposa de diplomáticos, tiene su refugió en una quintana en la Sierra del Cuera. "De todos los lugares del mundo en los que he vivido, que son muchos, a ninguno de ellos he tenido tanto deseo siempre de volver", afirma.
-Sitúa en la India, donde vivió, su primera novela.
-India no es un país cualquiera: es un subcontinente, inmenso, con una historia fascinante, lleno de contrastes. Nuestros parámetros no encajan. Yo me sentí totalmente fascinada, y creí haberme acercado a la gente. Pero siempre había algo a lo que no llegaba del todo, algo oscuro y misterioso.
-Asesinatos en la India, ¿Agatha Christie?
-La verdad es que no soy especialmente aficionada a las novelas de misterio. Patricia Highsmith es la gran maestra del género, pero tampoco soy una devoradora de sus libros. Ella dice que una novela es mejor si contiene escenas o experiencias vividas por el escritor. No hace falta haber asesinado a alguien, pero sí que tu "héroe" se mueva en escenarios que conoces bien o que le ocurran cosas que te han pasado a ti. Y "La Embajadora" está llena de experiencias de primera mano.
-Elige como protagonista de "La Embajadora" a una mujer dura que domina la alta política, ¿ha conocido a muchas así?
-Casi todas las mujeres que han logrado llegar a los puestos más altos han tenido que cultivar su carácter para resultar merecedoras de entrar en el paraíso reservado exclusivamente a los hombres. Han tenido que aguantar que se las llame ambiciosas por manifestar deseos que en los hombres presuponen fortaleza, que se las considere mandonas cuando no han hecho más que ejercer como jefas. Paradójicamente está demostrado que lo más efectivo en las grandes líderes es actuar con las características que se consideran más propias del género: la empatía con los equipos, el sentido práctico... Recientemente hemos visto desvanecerse dos grandes ilusiones: que la presidencia de Estados Unidos y la secretaría general de la ONU recayeran en mujeres. Una mujer poderosa que me impresionó: Margaret Albright, secretaria de Estado con Clinton.
-¿Qué escenario diplomático aventuran los cambios en Estados Unidos y el Reino Unido?
-Son dos hechos que plantean retos importantes en un panorama internacional que está atravesando momentos bajos. Hay un retroceso en temas que estaban encarrilados. La degradación de la información que reciben los ciudadanos a través de los medios de comunicación tiene un papel fundamental en esto: la frontera entre la información y la opinión se ha difuminado. Y eso es muy peligroso.
