El 10% de los medicamentos que circulan por el mundo son falsos. La ruta de esas medicinas falsificadas se extiende por América, Asia, África y Europa, donde los productos entran por aeropuertos como Londres, Madrid o Palma de Mallorca.

Así lo explicó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el farmacéutico y académico de Farmacia Álvaro Domínguez-Gil Hurlé, que ofreció una charla perteneciente al Club de la Salud de LA NUEVA ESPAÑA, en colaboración con el Círculo Cultural de Valdediós.

Domínguez-Gil, que fue presentado por el expresidente del Principado y exconsejero de Sanidad, Juan Luis Rodríguez-Vigil, alertó también de la proliferación de la venta por internet, que está acarreando un grave problema de salud.

Domínguez-Gil ha dedicado buena parte de su actividad profesional a estudiar el fenómeno de falsificación de medicamentos, que existe desde siempre, pero que ha aflorado en los últimos años y se ha extendido de forma global debido a los altos beneficios que reporta. El experto aclaró que los productos que se falsifican difieren según los países. "En los estados desarrollados son productos para adelgazar o relacionados con la medicina estética, frente a las sustancias básicas con las que se comercia en países del Tercer Mundo", indicó. La red es hoy un gran escaparate en el que se ofrecen desde anabolizantes y viagra hasta leche materna y vacunas, que como se vio en un caso reciente eran suero fisiológico. Ante estos abusos que sufre el consumidor, Rodríguez-Vigil abogó por implantar controles en la red que de alguna manera frenen las malas prácticas. Domínguez-Gil comentó que la primera vez que se hizo pública la falsificación de un medicamento fue en la película "El tercer hombre". El nacimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) propició que se empezase a hablar de la calidad de las medicinas en el ámbito internacional.