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Cuando el Centro Asturiano fue un hospital

En 1938, ante la destrucción de las clínicas de la ciudad, el club fue la única entidad lúdica ovetense que cedió locales para los heridos

Cuando el Centro Asturiano fue un hospital

En octubre de 1938 en plena Guerra Civil, aunque Asturias ya había sido liberada del ejército republicano el 21 de octubre de 1937, la situación sanitaria en la capital era angustiosa por la falta absoluta de instalaciones para albergar a muchos heridos de guerra.

Esto era así por la destrucción del Hospital Viejo de la calle Santa Susana, después del trágico bombardeo que sufrió la ciudad el 21 de febrero de 1937 quizá el día más devastador que vivió Oviedo en su historia. La destrucción del Hospital originó una dantesca situación para la asistencia de los heridos y obligó en su momento a improvisar clínicas de campaña en enclaves de diverso tipo como la sede de Radio Asturias y las iglesias de las Salesas, y San Isidoro. El relato de la huida de los enfermos del hospital según el diario "La Voz de Asturias", es estremecedor "Se vio la procesión más peregrina que pudiera imaginarse, entre el estampido de granadas y balas a través del campo de San Francisco y la calle Marqués de Santa Cruz, con cientos de enfermos y heridos cojeando y tambaleándose, unos con bastones, palos y muletas o ayudados por compañeros piadosos, otros, a paso ligero, con las cabezas vendadas y brazos en cabestrillo, éste medio vestido, aquel medio desnudo, el uno envuelto en una manta, el otro en una sábana".

Ante la necesidad de disponer de otras alternativas y poder usar tanto las improvisadas iglesias citadas y Radio Asturias, el departamento nacional de "Frentes y Hospitales" se dirigió a varias entidades ovetenses de recreo en solicitud de sus locales para convertirlos en hospitales de heridos, solamente respondió positivamente el Centro Asturiano que ofreció sus salones de la calle Milicias. El objetivo era paliar la situación de emergencia sanitaria que vivía la capital ante la falta de un hospital convencional, ya que los sanatorios privados estaban destruidos o semiderruidos. Según una información de la época, en Oviedo sólo habían quedado tres edificios indemnes a la metralla. A las instalaciones del Centro en Milicias se trasladó personal sanitario para la atención de los heridos. El día 16 de octubre de 1938 se inaugura el hospital en presencia de las autoridades provinciales y representantes nacionales de hospitales. Bendijo los locales el obispo de la Diócesis Arce Ochotorena.

Por su parte la gestora municipal, en un acuerdo tomado el 30 de setiembre donaba diez pesetas a los heridos internados. El día de Reyes de 1939 las dependencias del Centro Asturiano celebraban la fiesta con diversas actividades infantiles. Una de ellas fue la puesta en escena de la obra "Filandón" de Pachín de Melás. El Centro Asturiano de Oviedo hoy tiene un perfil distinto, afortunadamente, una vez superada aquella etapa tan dolorosa de la Guerra Civil y la posguerra, pero siempre lleva por bandera una acusada filantropía en ayuda a los emigrantes retornados de Cuba, con asistencia médica y farmacéutica y apoyo en las gestiones sobre traslados y legalizaciones.

En un marco de escasos recursos y en esa línea tradicional y desinteresada hay que situar la colaboración del Centro Asturiano que otras entidades no dispensaron para una obra tan humana como fue el Hospital del Herido en 1938.

Y no está de más recordar, una vez más, hablando de filantropía, la ingente labor desarrollada por nuestros paisanos desde Cuba, Argentina, México, Chile, o Puerto Rico, en favor de sus pueblos y villas en una muestra de solidaridad gigantesca, con muy pocos precedentes en el mundo, si exceptuamos la colonia gallega y en menor medida la vasca. Una deuda permanente que desgraciadamente se olvida.

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