Existe un reloj en la torre gótica de la Catedral de Oviedo que pocos han visto. Está medio escondido en la sala de campanas, parado desde tiempo inmemorial. Es el aparejador Manuel Fernández quien más repara en él durante estos días, ante los grupos de visitantes que conduce hacia lo más alto de la basílica de San Salvador, dentro de la programación cultural que el Cabildo ha preparado para esta temporada. La de ayer fue la primera de esas incursiones en la torre, que se repetirá los días 9 y 16 de diciembre y el 13 y 27 de enero, ese mes guiadas por el arquitecto Jorge Hevia, que es además autor del plan director de la Catedral de Oviedo.

Precisamente, la recuperación del reloj oculto de la torre, junto a algunas adecuaciones para hacer de la sala de campanas un lugar más visitable, forman parte de las medidas incluidas en el documento redactado por Hevia y su compañero de estudio, Cosme Cuenca, a mediados de los años noventa del pasado siglo, y una de las actuaciones que quedan pendientes de ejecución.

El desarrollo del plan director, un catálogo de las intervenciones a realizar en el templo para garantizar su buena conservación y reparar el deterioro del tiempo o las restauraciones inadecuadas, está muy avanzado pero quedan pendientes algunas obras importantes, como la reparación de una parte de los ventanales.

Desde que comenzó su ejecución, en el año 1997, el plan de Hevia y Cuenca ha superado el 80 por ciento de su cumplimiento y sus autores han apuntado en alguna ocasión que quizás haya llegado el momento de actualizarlo y ampliarlo.

La Catedral de Oviedo tiene pendiente ahora, con carácter inminente, la restauración de la fachada del claustro gótico que da a la Corrada del Obispo, en la que se ha producido varios desprendimientos en los últimos años.

El pasado mes de septiembre fueron retirados algunos elementos de piedra para evitar que las vibraciones por la intensidad de l sonido de los conciertos de San Mateo los echara abajo. Jorge Hevia supervisó los trabajos, que fueron sencillos y apenas duraron un día.

El Cabildo catedralicio ha encargado un presupuesto y se hará cargo económicamente de la actuación para recuperar el reloj del templo, que presumiblemente comenzará a principios del año que viene.