La estrategia de la empresa de control de pájaros contratada por el Ayuntamiento para ahuyentar a los estorninos del Campo San Francisco, y en definitiva de la ciudad, está dando resultado. Menos de veinticuatro horas después de que un especialista comenzara a trabajar emitiendo sonidos grabados amenazantes de aves rapaces en distintos puntos del parque, buena parte de los estorninos parecen haber captado el mensaje. Algunos se han marchado y otros han cambiado de zona y se han instalado en Llamaquique o en la parte alta de la ciudad, como Buenavista. Según Luis Miguel Reguero, el encargado de espantar a estos pájaros, este comportamiento es normal. Pero aún quedan trece días por delante de trabajo para conseguir que se vayan.

El águila que ha traído consigo y que responde al nombre de "Alvarita" aún no ha echado a volar para atemorizar a los estorninos. "Es posible que la suelte de madrugada o en los próximos días", explicó ayer Reguero. Este especialista trabaja desde las seis de la tarde hasta las dos o tres de la madrugada pertrechado con su "ahuyentador de pájaros" (un sistema dotado de altavoces) y a veces con "Alvarita". Calcula además que a Oviedo han llegado unos 150.000 o 200.000 estorninos procedentes del norte de Europa en busca de temperaturas cálidas y comida en abundancia.

Estos ejemplares aparecieron en la ciudad hace unos veinte días y con ellos llegaron los malos olores y la suciedad -los excrementos- que cubre de blanco el suelo del Campo San Francisco.