"La apertura del Milán como centro universitario ha supuesto un enorme incremento de los precios inmobiliarios en la zona. Los vecinos se quejan de que la infraestructura del barrio continúa, por el contrario, bajo mínimos, sin señales de tráfico ni semáforos y con el colector principal que revienta cada vez que llueve con cierta intensidad. Bares y cafeterías, sobre todo ahora que la Universidad aún no dispone allí de su propio servicio, son los negocios que más han notado un aumento de la clientela, mientras que el resto habla de un 'goteo' que se espera que vaya a más en un futuro. Mientras tanto, se vislumbran graves problemas de acceso a esta zona en la que se construirán 633 nuevas viviendas".