El ovetense Fernando Acosta no está dispuesto a que le vuelva a pillar el toro. El año pasado las pasó canutas para encontrar los regalos de Reyes -se puso a buscarlos "el 4 de enero"- y en esta ocasión no quiere dejarlo para última hora. Por esa razón acudió ayer al Palacio de Exposiciones y Congresos del edifico Calatrava, el lugar elegido por la Asociación de Autónomos y Comercio de Oviedo (ADACO) para celebrar las primera Feria del Regalo de la ciudad. "La verdad es que hay un poco de todo y puedes encontrar cosas para toda la familia a unos precios bastante asequibles", explica Acosta, que a eso de la una de la tarde ya se había recorrido cada uno de los veinte puestos que se han instalado para el certamen.

El de ayer fue el primer día de una feria que va a extenderse hasta el domingo. "Por el momento no es que haya una gran afluencia de público, pero la verdad es que los que se han pasado por aquí están comprando y eso en realidad es lo que vale", asegura María Elena Campos, que vende accesorios de bisutería hechos a mano con piedras naturales y plata, desde pendientes o collares hasta pulseras y otro tipo de complementos. "Este tipo de eventos son muy interesantes para los comerciantes porque al estar todos juntos en un mismo espacio se generan sinergias. Si alguien viene buscando un abrigo y pasa por nuestro puesto puede llevarse un anillo para estrenarlo al mismo tiempo, por poner un ejemplo", explica Carlos Cubas, compañero de Campos.

La Feria del Regalo está abierta al público desde las once de la mañana hasta las nueve de la noche de forma ininterrumpida. "Para que una feria de estas características funcione como es debido se necesitan al menos seis mil visitantes a lo largo de los cuatro días. Creemos que los días más fuertes va a ser mañana (por hoy) y el sábado, aunque al ser una semana con fiestas nunca se sabe", afirma Juan Carlos Canteli, el gerente de ADACO. Canteli también se refirió al Palacio de Exposiciones y Congresos como espacio para el desarrollo de eventos como la Feria del Regalo. "El Calatrava es un espacio muy bonito, pero la gente aún no está acostumbrada a él. Lo que hay que hacer es promocionarlo como es debido para que a los ovetenses les resulte más atractivo porque si se consigue se puede lograr un buen pabellón ferial", señala Canteli.

Florina Barbés fue otra de las que ayer se pasó por la feria para adelantar las compras de Navidad. "Vengo con una amiga desde Gijón porque estas cosas me parecen muy interesantes. Entre tantos puestos es difícil que no encontremos algo para llevarnos", asegura mientras observa uno de los puestos de venta de calzado.