"Descubrí la ubicación de Caná de Galilea con un riguroso análisis, llegando a una conclusión contraria de la que partí y llevando la contraria a los Franciscanos". Julián Herrojo, actual párroco del Cristo de las Cadenas, en Oviedo, relató ayer en el Club Prensa Asturiana el proceso que le llevó a averiguar el lugar exacto en el que Jesús hizo su primer milagro, por mediación de su madre.

Herrojo contó que cuando empezó el trabajo de campo no existía ni una sola prueba de que aquel fuera el Caná en el que se celebraron las bodas en las que la Biblia relata que Jesús convirtió el agua en vino. Añadió también que los Franciscanos compraron una ruina que suponían era una iglesia bizantina elevada por Santa Elena en el lugar donde se celebraron las bodas de Caná, que en realidad resultó ser la tumba de Jonás. "Nuestro deseo era encontrar pruebas, pero no resultó fácil", explicó.

Herrojo lo logró examinando testimonios arquitectónicos y comparándolos con escritos como los de Eusebio de Cesarea, "que al hablar de Caná usaba una expresión confusa". El sacerdote, que es guía de los Santos Lugares, a los que viaja con peregrinos varias veces al año, también contó que en el Santo Sepulcro no hay cambio de horario, porque el statu quo -la situación en que se encuentran las comunidades de Tierra Santa en cuanto a sus relaciones con los gobiernos de la región- no atribuye su propiedad a ningún país, "lo que ocasiona muchas confusiones con los cultos". La presentación del conferenciante corrió a cargo de Francisco Javier García, presidente de la Asociación de Profesores Universitarios "Santa Catalina". Herrojo estudió Derecho en Oviedo antes de ser monje benedictino. Antes de llegar al Cristo ejerció el sacerdocio en Cangas del Narcea, en el Santo Sepulcro de Jerusalén, en Villaviciosa y en la basílica del Sagrado Corazón, en Gijón, de la que fue rector.