La gripe ha llegado a Asturias antes de lo previsto, y las personas mayores y enfermos crónicos que necesiten vacunarse deben hacerlo esta misma semana, con el fin de dar tiempo a que la inmunización ejerza su efecto protector. Así lo explicaron ayer los expertos de la Consejería de Sanidad del Principado, según los cuales la vacuna tarda "entre diez y quince días" en hacer efecto, y se espera que la máxima incidencia de la epidemia se registre a finales de este mes de diciembre.

En los últimos años, la epidemia de gripe solía llegar a finales de diciembre, aumentar su cota a lo largo de enero y comenzar el descenso en los primeros compases de febrero. Fiadas de que la pauta de este invierno sería la misma, las autoridades sanitarias no dieron excesiva importancia a que la campaña de vacunación comenzara más tarde que nunca (el pasado 31 de octubre), debido a un retraso en la entrega de las dosis por parte del laboratorio fabricante. Sin embargo, esta demora en la administración de las vacunas ha coincidido con un inesperado adelanto en la llegada de la gripe, quizá menos previsible aún debido a las altas temperaturas registradas en el presente otoño.

Pero el calor no ha frenado a la gripe, que en Asturias lleva aumentando a buen ritmo desde la segunda semana de noviembre hasta rozar en la primera semana de diciembre los 200 casos por cada 100.000 habitantes. Las tasas de epidemia que está alcanzando la región se sitúan muy por encima de las del conjunto de España.

Según la Dirección General de Salud Pública, la epidemia gripal está afectando "sobre todo a menores de 15 años y a las personas de edades más avanzadas". Una de las razones de este comportamiento radica en que el virus que circula de forma mayoritaria es el H3N2, que se muestra más agresivo con los mayores. Una de las consecuencias de esta conjunción de circunstancias es la elevada afluencia de enfermos a los servicios de urgencias de los hospitales del Principado.

Las predicciones de la Consejería de Sanidad hablan de un aumento de la tasa de gripe "en las próximas dos o tres semanas, hasta alcanzar los mayores picos justo a finales de año, y que, a partir de entonces, ya en el mes enero, se reduzca el número de infecciones". No obstante, "todos los análisis deben tomarse con cautela, ya que la gripe es una enfermedad poco predecible y puede estar condicionada por otros factores, como la meteorología", advierten los técnicos de la Administración sanitaria.

En este contexto, Sanidad quiere realizar un llamamiento a los colectivos a los que se dirige la campaña gratuita de vacunación -mayores y enfermos crónicos, sobre todo-, para que, en el caso de que aún no la hayan recibido, no pospongan más esta decisión. "De lo contrario, es posible que haya gente en la que la vacuna no disponga del tiempo suficiente para hacer pleno efecto". En todo caso, indica Sanidad, estaríamos hablando de "un porcentaje no muy alto de la población". Es bien sabido que, según los expertos, la vacuna de la gripe no evita la infección del virus, pero sí mitiga los síntomas más graves, e incluso evita muertes, entre las personas mayores más vulnerables.

Teniendo en cuenta los virus predominantes este año -ya se ha mencionado el H3N2-, "se prevé que los casos más importantes afecten a personas de edades avanzadas, aunque hasta el momento no ha habido problemas significativos", precisa la Consejería de Sanidad. Asturias es la primera comunidad en la que se ha detectado una difusión epidémica. En el resto del territorio, la actividad es local, en el caso de Canarias, y esporádica, excepto en Andalucía, Cantabria, Castilla La Mancha, Extremadura y Navarra, donde continúa siendo nula.