Dos figuras de la filosofía, con diferencias notables en su pensamiento y en sus respectivas trayectorias, pero que comparten un mismo perfil mediático, polemista incluso. El fenomenólogo alemán Peter Sloterdijk y el ateísta francés Michel Onfray, dos de las principales figuras del pensamiento europeo actual, fueron ayer analizadas, respectivamente, por Román García, director del Instituto de Estudios para la Paz y la Cooperación, y por Alberto Hidalgo Tuñón, profesor titular del departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo. Una doble ponencia enmarcada en el II Congreso sobre pensamiento filosófico contemporáneo, que organiza la Sociedad Asturiana de Filosofía en colaboración con la Universidad de Oviedo.

Aunque analizados en ponencias individuales, las singulares coincidencias en las trayectorias de Sloterdijk y Onfray permitieron a los asistentes a las sesiones tomar conciencia de cómo estas dos figuras interpretan el papel actual de los pensadores. "Para destacar en filosofía hoy, o estás en los medios o no existes", afirmó Alberto Hidalgo Tuñón, en una sentencia aplicada a Onfray pero que bien podría referirse al alemán.

Y es que la controversia ha acompañado a ambos pensadores, tal y como Hidalgo y García expusieron. En el caso de Sloterdijk, catedrático de Filosofía y Estética y rector de la Escuela de Arte y Diseño de Karlsruhe, sus mayores batallas en los medios se produjeron a raíz de su defensa de la eugenesia, proyectada en el artículo "Normas para el Parque Humano, una respuesta a la Carta sobre el Humanismo", publicado por el semanario "Die Zeit" en 1999. Un texto que levantó ampollas, especialmente, en Alemania.

"Su visión de un hombre que se construye a sí mismo biotecnológicamente tiene un sesgo protestante", sostiene Román García, quien además incidió en otra tesis controvertida de Sloterdijk: la de la fiscalidad voluntaria. "Plantea que los políticos tienen que convencernos de dar dinero voluntariamente. Por ejemplo, si un alcalde nos convence de que hay que comprar Villa Magdalena, habría quienes pagarían voluntariamente 35 millones. O que hay que hacer un palacio de congresos. Y es un sistema que funcionaría muy bien para cosas así, pero que habría que ver qué ocurre si hablamos de cosas como un hospital", reflexionó García.

Aunque comparte el mismo perfil mediático y esa vertiente como polemista, Michel Onfray rehuye el ámbito académico en el que Sloterdijk ha crecido. Algo que no le ha restado un ápice de relevancia a su obra filosófica, pero que sí le ha generado enemigos en su Francia natal. "Es un tipo de provincias, un bretón que vive en el norte, que toma sidra y castañas con su padre. No es un capitalino, ni siquiera está en la universidad, y el hecho de que monte tanto ruido debe de suscitar muchas envidias", apunta Alberto Hidalgo Tuñón.

Buena parte de la controversia que le rodea desde hace dos décadas viene de esa envidia, pero también de un ateísmo militante que le ha llevado a protagonizar intensas polémicas con, entre otros, Bernard-Henri Lévi.

Sus críticas al psicoanálisis o la defensa de un materialismo hedonista en obras como "Teoría del cuerpo enamorado" han sido también objeto de controversia, aunque su éxito es innegable: de su "Tratado de ateología: física de la metafísica" ha vendido 130.000 ejemplares.

"Es un artista de la pluma, y además ha tenido mucha suerte con sus traductores", sostiene Hidalgo, quien además valora la originalidad con la que enfoca su obra "Cosmos", en la que reflexiona sobre cuestiones como el tiempo, la vida o lo sublime a partir de la figura y el legado de su padre. "El tiempo de Onfray es el tiempo vivido. Lo busca en la gruta del espeleólogo, en las bodegas, en los campamentos gitanos, en el huerto de su padre", sentencia Hidalgo sobre un pensador que "pretende hacer filosofía acercándose al mundo, no a los libros".

El congreso concluye hoy con una ponencia sobre Clement Rosset, a cargo de José Antonio Méndez Sanz, y una segunda sobre Bernard Stiegler, de Pelayo Pérez García. Las sesiones se desarrollan en la sala de juntas del Departamento de Filología Inglesa, Alemana y Francesa, en el Campus del Milán, a partir de las 17.00 horas.