El centro de salud de La Corredoria ha estado cerrado a cal y canto y custodiado por vigilantes a lo largo de esta pasada noche. ¿La razón? Que albergaba en sus dependencias los documentos más deseados por los 1.376 médicos de cuatro especialidades que hoy están convocados a las once de la mañana en la Facultad de Economía (campus del Cristo) para competir por una plaza en la sanidad pública asturiana. ¿Qué documentos? Los exámenes de la oposición.

En su intento de garantizar al máximo que no se producirán filtraciones de preguntas -como sí ocurrió en los procesos selectivos de 2011-, los responsables del Servicio de Salud del Principado (Sespa), junto a los presidentes y secretarios de los cuatro tribunales, han metido en danza a un notario, que anteayer jueves levantó acta del mecanismo de selección de las preguntas. Además, han adoptado medidas especiales para vigilar los cuestionarios de preguntas, y hoy, durante el desarrollo de los exámenes, dispondrán de cámaras en las aulas.

"Nadie, ni siquiera los miembros de los tribunales, sabe qué preguntas caerán en los exámenes, porque han sido seleccionadas de forma aleatoria por un programa informático", subrayaron los conocedores del proceso.

Para los ejercicios de hoy, los integrantes de los tribunales han elaborado varios centenares de preguntas. En las cuatro especialidades citadas, la prueba consistirá en la contestación por escrito -en un tiempo máximo de 120 minutos- a un cuestionario de cien preguntas tipo test con cuatro respuestas alternativas, de las cuales sólo una es correcta.

Cinco años después de los últimos concursos-oposición de médicos en la región, el Principado pone en marcha la oferta pública de empleo que, al menos sobre el papel, se celebrará de aquí a mediados de 2017. Cuatro especialidades abren el fuego, con un total de 160 plazas en liza: 96 de medicina de familia, 28 de anestesiología, 19 de radiodiagnóstico y 17 de pediatría de atención primaria. Son las disciplinas en las que la sanidad asturiana sufre mayor escasez de facultativos. En estos cuatro procesos selectivos están inscritos un total de 1.376 especialistas de todo el país, de los cuales el 39 por ciento procede de fuera de Asturias.

Los 67 aspirantes a la especialidad de radiodiagnóstico son los que más opciones tienen de conseguir una de las 19 plazas a concurso: cuentan con una ratio de 3,5 candidatos por cada puesto. En el polo opuesto, los 1.071 opositores para médico de familia son los que se enfrentan a mayores dificultades: su proporción se sitúa en 11,15. Completan la prueba 114 médicos de pediatría que aspiran a 17 puestos (ratio de 6,7 especialistas por plaza), y 124 opositores de anestesia, que optan a 28 plazas (ratio de 4,4).

Para las especialidades de medicina de familia y pediatría de atención primaria, ésta será la única prueba. De ella se pasará directamente a la fase de concurso (valoración de los méritos). En cambio, en las especialidades hospitalarias de radiodiagnóstico y anestesiología, quienes superen este primer ejercicio realizarán el segundo, que constará de dos supuestos prácticos que serán leídos ante el tribunal en sesión pública. Es en esta segunda fase en la que se centran los recelos de los opositores y en la que la Administración sanitaria y los tribunales habrán de extremar más aún las cautelas.

Las pruebas se llevarán a cabo en 15 aulas de la Facultad de Económicas. El Sespa ha movilizado a medio centenar de personas encargadas de velar por que todo transcurra con normalidad. En las aulas se han instalado cámaras de vigilancia y se cuenta con el apoyo de guardias de seguridad.