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JOSÉ BENIGNO SUÁREZ CASTAÑO | Policía local e histórico sindicalista de UGT

"Lo sorprendente no es que De Luis esté en prisión, es que no acabara antes allí"

"Los liberados tenemos una mala fama que a veces nos hemos ganado a pulso, pero ha sido magnificada"

José Benigno Suárez Castaño, en la plaza de la Gesta. ALBA EGUILUZ

José Benigno Suárez Castaño, "Beni", (Oviedo, 24 de marzo de 1958) es uno de los agentes más veteranos de la Policía Local, cuerpo al que llegó en 1982. Durante dos décadas estuvo liberado para llevar la sección sindical de UGT en la Policía Local y, durante años, presidió la Junta de Personal del Ayuntamiento de Oviedo. En este tiempo vivió de primera mano todas las polémicas que rodearon y rodean al cuartel del Rubín. Hace más de un año decidió dar un paso atrás y dejar las labores sindicales en primera línea -sigue siendo responsable del sector de policías locales de UGT- para volver a patrullar en el turno de noche.

-¿Qué es lo que ha llevado a dejar el sindicalismo activo?

-Entre otras cosas, hay que saber retirarse a tiempo. Me di cuenta que era más un pasivo que un activo en el sindicato. En las últimas elecciones, aunque las ganamos, noté que había un cierto cansancio de mi figura.

-¿Cómo lleva volver a la calle después de 20 años liberado?

-Muy bien. Cambió la forma de los trámites administrativos, pero lo que son las intervenciones policiales son idénticas ahora que hace 20 años: las reyertas, los accidentes, las pruebas de alcoholemia... Creí que me iba a costar algo más. Me costó más lo de los trámites administrativos, que son más garantistas ahora que hace dos décadas.

-¿Y lo de solicitar trabajar por las noches?

-Lo hice por varios motivos. Para bien o para mal soy conocido por toda la plantilla sindicalmente, y los compañeros iban a seguir dirigiéndose a mí. Por eso pedí trabajar por la noche para estar aislado de la vorágine diaria. Y la noche da más tranquilidad, aunque las intervenciones son bastante más duras que por el día.

-No es muy habitual que un sindicalista liberado vuelva a su anterior puesto.

-Es más habitual de lo que parece. Lo que pasa es que hay una mala fama de los liberados sindicales que, en algunas ocasiones, nos la hemos ganado a pulso. Pero la mayoría de las veces esta mala fama ha sido magnificada. La liberación sindical no debe ser tanto chollo cuando la inmensa mayoría de compañeros no la quieren. Llegamos a tener problemas para cubrir las listas en los puestos de salida. Vamos, que no hay colas para ser liberado. Otra cosa es la política, donde hay codazos para entrar en las listas.

-¿Qué pasa en el cuartel del Rubín que vive constantemente rodeado por la polémica, con infinitos problemas internos?

-Igual que España tuvo cuarenta años de franquismo, la Policía Local de Oviedo tuvo treinta años de agustinianismo (en referencia a Agustín de Luis, el anterior Comisario jefe), y eso ha creado unas fracturas internas por la forma peculiar de mando que tenía este personaje. Las heridas se cerrarán a medida que entren las nuevas generaciones, libres del autoritarismo que este señor empleaba. Hay que esperar unos años. Era, o con él, o contra él. Además, tenía la filosofía de que los policías le servían a él, y él después servía a la ciudad. Tenía un concepto anacrónico de la Policía, contra el que muchos luchamos. Otros compañeros entendían que era el modelo a seguir. Y de ahí las fricciones y las cicatrices que todavía están sin curar. Pero soy optimista, porque a medida que pasa el tiempo veo más calma y sosiego.

-Además, la Policía Local es un cuerpo tremendamente judicializado.

-Las irregularidades de Agustín de Luis fueron múltiples. Ahí está la hemeroteca y confirmado por los tribunales. Tuvo una gran suerte de que en aquella época los jueces fuesen tan excesivamente benevolentes. Si le llega a tocar esta época igual su historia hubiera tenido otro camino.

-¿Le sorprende ver a De Luis en la cárcel?

-Lo que me sorprende es que no hubiera acabado antes en cárcel por todas las irregularidades que se cometieron. Lo triste es que ninguno de los políticos que pasaron por el Ayuntamiento en estos años, tanto del gobierno como de la oposición, hizo lo suficiente para pedir responsabilidades a este señor.

-¿Le pasó factura personal el enfrentamiento con De Luis, con el acoso a su exmujer, la sargento Mercedes García?

-Sí, pero también le pasó factura a otros compañeros. Era una forma de la dirección de la Policía a la vieja usanza. Pero soy de los que piensa que para atrás solo hay que mirar para aprender. Aunque lo que pasó con Mercedes fue mucho más duro de lo que solía ser la media de los problemas que había en el cuartel. Fue lo más doloroso en mi vida sindical porque se metieron en cosas personales. Pero es una página superada.

-Como ya pasó con De Luis, ahora se denuncia por parte de un sector trato de favor de los superiores a dos conductores que dieron positivo.

-En uno no hay caso porque no hay delito. En el otro sí puede haber un problema. Estoy seguro que están buceando entre los expedientes para ver si sacan más. Teniendo en cuenta que la Policía Local realiza más de 12.000 intervenciones al año, que ya han pasado tres años de estas alcoholemias y que lo único que han conseguido sacar es esto, se demuestra que los agentes tienen un alto grado de eficacia. Me parece todo muy extraño.

-¿Quién está buceando en los expedientes?

-Está claro que hay algunos que están mirando con lupa todas las intervenciones que se llevaron a cabo después de la salida de Agustín.

-¿Fieles a De Luis?

-Los fieles a Agustín casi ya no existen en el cuartel. Esto es una guerra en las alturas y no se traslada a la calle, donde hay grandes profesionales.

-El tripartito medita sacar otra plaza de Comisario.

-Los alcaldes tienen que tener la capacidad para nombrar y quitar al jefe de la Policía Local. Pero para poder hacerlo es necesario tener más personal con el mismo rango. Y en Oviedo el único que puede ser comisario es José Manuel (López). Puede ser que quieran hacer un contrapeso sacando otra plaza. Pero su coste es muy alto, de casi 100.000 euros entre sueldos y Seguridad Social.

-¿Tiene que ver la posibilidad de que salga una nueva plaza de Comisario con esa guerra en las alturas de la que habla?

-Detrás de todo esto que está pasando con las alcoholemias veo una alargada mano que viene de Lugo (se refiere a Agustín de Luis, que cumple condena en una cárcel lucense). Además no se escondió, dijo que se iba a vengar. Si sacan la plaza de Comisario lo que haría sería hacer una convocatoria pública y no cubrirla con promoción interna. En la Policía Local lo que hace falta es abrir aún más las ventanas y que entre aire fresco y no contaminado. Si se saca un plaza para cubrir desde dentro se corre el peligro de que la situación no cambie.

-¿Por qué?

-Porque la estructura de la Policía la dejó Agustín de Luis tan hecha que ahora costaría mucho dinero cambiarla. Aunque somos un cuerpo muy envejecido y pronto llegarán las nuevas generaciones.

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