La actual epidemia de gripe es la más cruda que ha afectado a Asturias desde el invierno 2008-2009 en lo que se refiere a las personas mayores de 65 años. La razón es que el virus que predomina esta temporada, el H3N2, se caracteriza por su acentuada agresividad con los afectados de más edad.

Esta circunstancia se suma a un factor complementario relevante: los mayores asturianos llevan años mostrando un creciente desapego a la vacuna antigripal, hasta el punto de que en la actual campaña de inmunización han acudido a recibir su dosis poco más del 50 por ciento de los mayores de 65 años. En los últimos años, el Principado aspira a lograr una cobertura de vacunación del 65 por ciento entre las personas mayores de 65 años. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de llegar al 75 por ciento.

Pese a la insistencia de las autoridades sanitarias, la tasa de mayores que acuden a recibir la vacuna evoluciona a la baja desde la pandemia de 2009, que generó un notable escepticismo entre los mayores.

Otro factor que puede haber tenido una cierta influencia es que la epidemia de gripe se ha adelantado en torno a un mes con relación a lo habitual en los últimos años. En paralelo, la campaña de vacunación comenzó ligeramente más tarde debido a problemas de suministro por parte del laboratorio que fabricó las dosis. En consecuencia, es muy posible que un cierto volumen de pacientes hayan recibido la vacuna sin margen suficiente para que hiciera efecto (se estima que tarda entre diez y quince días en generar una función protectora).

La elevada cifra de personas de edad avanzada afectadas por la epidemia de gripe es lo que explica que los servicios de urgencias de los hospitales de la región estén próximos al colapso. El último informe sobre la gripe publicado por la Consejería de Sanidad del Principado, que analizaba lo sucedido en la semana del 5 al 11 de este mes, hablaba de una tasa de incidencia de 437,1 casos por cada 100.000 habitantes, o sea, de unos 4.400 casos en Asturias a lo largo de esa semana. Era la cuarta semana consecutiva de crecimiento de la onda epidémica. Con las cautelas que exige realizar pronósticos sobre el comportamiento de la gripe, los técnicos de la Consejería vaticinan que la incidencia continuará aumentando hasta finales de este mes y comenzará a decaer a partir de principios de enero.