Ha llegado de nuevo la Navidad y con ella cambia todo nuestro entorno, las calles se iluminan; los escaparates están decorados; suenan villancicos en los comercios y en las calles, hay mercados temáticos, en fin, una serie de ingredientes que cocinan una nueva Navidad.
Esos cambios también se experimentan en cada uno de nosotros, pues se acerca sin duda la época más emocional del año. Las emociones se desbordan y aparecen en ocasiones "choques" entre lo que creo que debo sentir y lo que siento. Todos los mensajes me hablan de alegría, felicidad, armonía y resulta que no es que no me sienta feliz, sino que me entristece ¿Qué ocurre?
Durante estos días previos, oigo con frecuencia en mi consulta la expresión : "Me encantaría dormirme el día 22 de diciembre y despertar el 7 de enero".
Pues ocurre algo tan real como que cada persona vive la felicidad como un estado de ánimo que parte de la actitud interior, y no desde las normas sociales. Podemos decir que cada persona tiene su momento vital y éste debe ser respetado, principalmente porque ese momento es fruto de una serie de experiencias, de vivencias, de recuerdos que hacen de éstas fechas algo distinto, para bien o para mal.
Cuando somos niños la gran mayoría ha vivenciado esta época como algo mágico, excitante, pero a medida que crecemos, que nos hacemos mayores, en este viaje de la vida, vamos perdiendo seres queridos que formaban parte de aquella magia y que hoy no están. Esa asociación de aquellas vivencias con aquellas personas, son las que nos hacen evocar recuerdos que de manera indefectible nos conducen a la tristeza.
Por ese motivo es importante permitir que cada persona viva su Navidad a su manera, con sus emociones, con sus valores y creencias, sin ser juzgada ni analizada. Relativizando toda esta presión del entorno comercial, sabiendo que no es necesario que sea Navidad para reunirte con los seres queridos y que tener un detalle con esas personas que quieres y te rodean no depende de una fecha en el calendario sino de una voluntad de demostrar lo que aprecias y quieres a esas personas. Piensa que "la mitad de la belleza depende del paisaje; y la otra mitad de quien lo mira". Vive la navidad a tu manera, vive tu Navidad.
Feliz Navidad.
